"Me sigue gustando la tecnología como ASML, ASM International o STMicroelectronic en Europa, y Alphabet, Microsoft y Nvidia en EE.UU"
Nació en Sevilla, vive en Mónaco y tiene una jornada laboral endiablada y larga porque, tal y como asegura “uno sabe cuándo empieza pero no cuándo termina”. Así que, esta dedicación a tiempo completo le ha servido el sobrenombre con el que sus colegas le han bautizado: el panadero de la Bolsa “por lo temprano que enviamos nuestros análisis… lo que supone mucho esfuerzo, pero es reconfortante comprobar el grado de aceptación”.
Al frente de una de sus joint-ventures, Divacons-AlphaValue, que confecciona carteras que baten recurrentemente a los índices de referencia, Pablo García asegura que los inversores han pasado un “post-operatorio” muy cuidado por los bancos centrales y quitarles las muletas (tapering) podría tambalear su delicada salud. “Y si nos quitan las muletas… que nos pillen confesados porque la crisis de deuda podría ser un Armagedón”.
Un término bíblico que aparece en el Apocalipsis que, de momento, no ha impedido el buen comportamiento de los mercados… Según sus datos, 81 máximos históricos de Wall Street este año tras un año y medio tan complicado. ¿Alguien lo habría pronosticado?
“El consenso de analistas esperábamos un año 2021 de recuperación. Desde el Día de la Almudena de 2020 (llegada de las vacunas contra el Covid-19), los mercados comenzaron una fantástica recuperación”.
Cuando le pregunto a Pablo García si le preocupa China me responde que la visión maoísta del Partido Comunista con su “prosperidad común” está dañando cualquier intento de apertura exterior, y respecto a Europa, este veterano experto en análisis de mercados no se muerde la lengua y dice que “la vieja Europa está sumida en una visión hipócrita de lo que significa progreso”… para dar un vuelta de tuerca más y añadir que “a todos los problemas que tiene Europa, en el caso español, debemos sumarle un plus. Aquí somos vanguardia gracias al “buenismo” actual”.
La entrevista, promete.
-¿Dónde ha nacido?
Nací, hace demasiado tiempo, en Sevilla, de padre zamorano y madre sevillana. Pronto cogí las maletas y emigré.
-Y… ¿vive en?
Mónaco, desde hace ya casi once años. Antes pasé por Madrid, Londres y París.
-Su currículum no es que sea amplio es… lo siguiente. ¿Me lo puede resumir en dos párrafos por favor?
Economista y analista financiero con vocación de democratizar el análisis independiente y la formación financiera. He trabajado en numerosos bancos de inversión, especializándome en renta variable internacional. Actualmente tengo numerosas joint-ventures en múltiples países, intentando llevar a los clientes institucionales y particulares los productos seleccionados desde el rigor y la independencia y lejos de los intereses de la gran banca.
Ofrecemos servicios de análisis, ejecución, banca privada, fondos de inversión, gestión y asesoramiento, private equity, productos estructurados, productos de crédito, etc. Lo que sería una boutique financiera, pero ofreciendo los servicios desde cada casa regulada y con nuestro asesoramiento.
-¿A qué hora empieza su jornada y a qué hora termina?
Uno sabe cuándo empieza, pero no cuándo termina. A las 6:30 ya estoy haciendo análisis. Somos unos 50 analistas de distintas nacionalidades (tres españoles) y elaboramos el conocido Diario de Mercados en castellano con macro, micro, carteras y recomendaciones de inversión, análisis detallado, actualidad de las compañías… Además, llevo un año haciendo unos simpáticos podcasts con el contenido resumido del análisis diario en un tono más desenfadado. Muchos días mi jornada incluso termina cercana la medianoche, tras analizar el cierre de Wall Street. Luego duermo como un lirón.
“Cuando los inversores se miran el ombligo y alardean de sus plusvalías, suelen (solemos) bajar la guardia”
-¿Y por eso le llaman, sus colegas, el panadero de la Bolsa?
Muchos me llaman el “panadero de la bolsa” por lo temprano que enviamos nuestros análisis. Supone mucho esfuerzo, pero es reconfortante comprobar el grado de aceptación.
-¿Qué es Divacons-AlphaValue?
Es la joint-venture que creé para tener la exclusividad de nuestro análisis de AlphaValue (primera casa europea independiente de análisis de renta variable y crédito) en la Península Ibérica e Hispanoamérica. El análisis se distribuye a través de Divacons, que es una empresa española.
-He leído que las carteras de inversión confeccionadas por Divacons-AlphaValue baten recurrentemente a los índices de referencia. ¿Cómo lo hacen?
Con mucho cariño, esfuerzo y masa madre. Elaboramos desde hace casi una década dos carteras de renta variable europea (nuestra especialidad). La cartera modelo (AlphaValue Active Portfolio) se basa en el modelo Value & Momentum. De hecho, dicha cartera sirve de base a un fondo de inversión (Value Tree Best Equities) que se nutre de nuestro análisis y que lo está haciendo muy bien.
Además, confeccionamos una cartera Buy & Hold basada en nuestra herramienta de Fortaleza Fundamental (Fundamental Strength) basada en seleccionar modelos de negocio fuertes, líderes sectoriales, con recurrencia de solidez de balances y cifras. Dicha cartera lleva a cierre del 10 de noviembre una revalorización del 35,3% en lo que va de año, frente a una del Ibex 35 del 13,23%. ¡No está nada mal!
-Su equipo realiza un Diario de Mercados cada jornada. Le he echado un vistazo y creo que resume perfectamente la actualidad. Por ejemplo, ustedes decían el pasado 5 de noviembre, bueno lo decía la fotografía de Gene Wilder, protagonista de El jovencito Frankenstein: “Tranqui, pase lo que pase, estarán los bancos centrales dando a la manivela”. Y añado yo… pero menos ¿no?
El “soft tapering” anunciado por Jerome Powell gusta sin duda a los inversores que se muestran respaldados por la Reserva Federal en un momento de transición. Pero la inflación de octubre en EE.UU. (+6,2%) demuestra que los precios siguen subiendo y la temporalidad descrita por el presidente de la Fed debería tener ciertos límites.
Cuando los inversores se miran el ombligo y alardean de sus plusvalías, suelen (solemos) bajar la guardia. Los analistas han buscado el refugio en los bancos centrales del "easy money" para mitigar los temores inflacionistas, un “tapering" muy lento con subidas de tipos en el segundo semestre de 2022, minimizar los problemas de suministro, crisis energética, el posible crack inmobiliario en China o el repunte del "bichito" (Covid-19) que no termina de irse. Aunque por distribución de activos en cartera ("asset allocation") estamos de acuerdo en que la renta variable sigue siendo la reina, hay temas a tener en cuenta. El sentimiento de mercado sigue en máximos, pero una toma de beneficios a corto plazo, al menos parcialmente, parece razonable.
-O por ejemplo, y esta vez lo dice el Tío Gilito: “La renta variable confía en el optimismo de Powell pero los bonos avisan… ¿Es oro todo lo que reluce?
Hasta la semana pasada, la caída de los precios de los bonos soberanos hizo subir la rentabilidad (TIR) hasta niveles no vistos desde mayo. Parecía que el mercado asumía que las políticas monetarias ultra expansivas tenían los días contados y que la curva de tipos cogería de una vez pendiente. Pero el tono más “dovish” (paloma) del sr. Powell cambió esos argumentos a corto plazo. No obstante, confío en que la subida de las TIR sea un camino indefectible a medio plazo.
Las energías eólica, hidráulica y solar son más limpias, pero menos predecibles y más caras
-Usted ha dicho que los inversores han pasado un “post-operatorio” muy cuidados por los bancos centrales y quitarles las muletas (tapering) podría tambalear su delicada salud.
Efectivamente la situación es compleja. El inversor se ha acostumbrado a ayudas masivas de dinero barato y sin límite (“free money”). Las economías domésticas, empresas y entidades públicas se han endeudado tanto que la cantidad de deuda empieza a ser insostenible si los tipos subieran mucho. ¡Qué decir del apalancamiento de los bancos centrales! Si nos quitan las muletas, que nos pillen confesados porque la crisis de deuda podría ser un Armagedón.
-Inflación muy alta y tipos muy bajos, ¿combinación explosiva?
Es insostenible por pura teoría monetaria. Al fin y al cabo, los tipos de interés son el precio del dinero y sirven para enfriar (o calentar) a la economía, abriendo y cerrando el grifo de la liquidez facilitando el endeudamiento. Si permitimos que la inflación se dispare, incluso por encima de las tasas de crecimiento (como es el caso de España), el riesgo es enorme. No quiero ni pensar en la estanflación (paro + estancamiento + inflación), aunque de momento no es el escenario central.
-Christine Lagarde ha dicho que de subir tipos de momento nada. ¿Están jugando con fuego?
El decalaje entre EE.UU. y Europa se hace patente de nuevo. Es bien cierto Europa no está generando tanta inflación como EE.UU., pero tampoco crecemos ni generamos el empleo que ellos están consiguiendo. En EE.UU. las expectativas de subidas de tipos (posiblemente dos) se fechan en el segundo semestre de 2022. La presidenta de la autoridad monetaria de la eurozona dejó claro que ni hablar de subir tipos en 2022.
-¿Habrá rally de Navidad en los mercados? Usted piensa que depende del presidente de la Reserva Federal Americana ¿por qué?
Con subidas anuales por encima del +20%, como es el caso del S&P 500 y el Eurostoxx 50, yo me doy por satisfecho y hago “mus”. Los resultados empresariales del tercer trimestre de 2021 están siendo satisfactorios (el 81% de las compañías norteamericanas han batido expectativas y en Europa hablamos de un +65,7%).
Pero los riesgos que he mencionado anteriormente (desaceleración del crecimiento, inflación, desajustes logísticos, etc.) podrían suponer una revisión a la baja de las expectativas, tanto de ventas como de beneficios para 2022. Precisamente porque 2021 está superando las expectativas iniciales en cuanto a BPAs (empezamos calculando subidas de BPAs del +40% yoy y vamos casi por un +80%), la base comparable para 2022 es cada vez más exigente. Y ya sabemos que el mercado cotiza si los resultados son mejores o peores que las expectativas, no si son buenos o malos.
-¿Le preocupa China?
China es ya demasiado grande y poderosa, y no en este orden. La visión más maoísta del Partido Comunista de China (PCCh) con su “prosperidad común” está dañando cualquier intento de apertura exterior. La actitud de control es extraordinaria, yendo desde el ámbito financiero (verbigracia, freno de la OPV de Ant o las criptomonedas) al inmobiliario (el default de Evergrande sólo es la punta del iceberg), pasando por el tecnológico o el comercial.
No olvidemos, además, que la llegada de la pandemia dejó a un lado lo que, por entonces, era el principal riesgo para los mercados: la crisis comercial entre China y EE.UU. Pero sólo quedó en un segundo plano. Volverá.
Nada más hay que fijarse en Taiwán y de nuevo tendremos episodios de confrontación sobre Hong Kong. Xi Jinping está infundiendo miedo entre los empresarios chinos y la crisis inmobiliaria actual debería hacer reflexionar a los intereses empresariales extranjeros. Para muestra un botón. Los inversores extranjeros son los últimos en cobrar los intereses de los bonos de Evergrande.
Elaboramos desde casi hace una década, dos carteras de renta variable europea (nuestra especialidad)
-¿Le preocupa Europa?
La vieja Europa está sumida en una visión hipócrita de lo que significa progreso.
La exageración de los derechos civiles ha llevado a un libertinaje social en muchos frentes: la utilización “social” de la propiedad privada vía ocupación, los derechos sociales han llegado a un grado que promocionan el absentismo laboral y menosprecian el esfuerzo, aceptación y promoción de minorías como ejemplos sociales, relanzamiento de movimientos nacionalistas (no olvidemos que son el germen de nuestras grandes guerras), humillación del empresario generador de riqueza que es expropiada con impuestos desorbitados, desarrollos ecologistas mal calculados que provocan cambios brutales en los sistemas de producción energética creando crisis de desabastecimiento y subidas de precios, acogida de inmigración sin control, vilipendio masculino como zenit de un feminismo mal encauzado, etc.
En fin, aunque todos estos problemas parecen sociales, están afectando a nuestras economías, haciéndolas menos competitivas y más vulnerables.
-¿Y España? Parece que ahora estamos a la cola en crecimiento respecto a nuestros socios europeos.
A todos los problemas citados anteriormente para Europa, en el caso español, debemos sumarle un plus. Ahí somos vanguardia gracias al “buenismo” actual. La Comisión Europea ha recortado bruscamente las expectativas de crecimiento para España, que ya están muy por debajo de la explosiva inflación.
-Se siguen revisando a la baja en nuestro país las previsiones de crecimiento. ¿Qué está pasando?
España está sumida en problemas que no interesan al resto de países. Nuestro sistema autonómico ha quedado anquilosado en el pasado y estanca cualquier progreso económico. 2022 va a ser un año complicado para España y las medidas comunistas del Gobierno no parecen ni eficaces ni eficientes. Pero es lo que quiere la mayoría de los españoles. Afortunadamente gozamos de grandes empresas multinacionales y una creatividad excelente.
-¿Los Next Generation serán la solución?
La deflación de las nuevas tecnologías (y China) se han topado con la nueva inflación y problemas de suministro provocados por el “stop & go” tras el parón de 2020 provocado por el Covid-19. Las nuevas generaciones están más preparadas tecnológicamente, respetan más el medio ambiente y son socialmente más tolerantes. Hay motivos para la esperanza.
-Crisis energética. En Francia, su presidente, acaba de anunciar que construirá centrales nucleares, ¿qué le parece?
Lógico. La energía nuclear es más limpia y barata. Mientras que en España nos apresuramos a cerrar las centrales nucleares como símbolos del antiguo régimen, la crisis energética ha puesto en duda la decisión. El cambio en el mix de producción energética ha sido mal programado, ensalzado por lo verde, sin medir la repercusión de depender de las energías eólica, hidráulica y solar, que son más limpias, pero menos predecibles y más caras.
Acelerar el proceso “verde” ha sido como prepararnos para un maratón y cuando se ha dado el pistoletazo de salida, nos han dicho que debíamos correr los 100 metros. La transición es indefectible, pero los tiempos y la dependencia de las energías renovables pueden darnos graves problemas en la transición del modelo energético.
Si permitimos que la inflación se dispare, incluso por encima de las tasas de crecimiento (como es el caso de España), el riesgo es enorme
-Unas cuantas empresas cotizadas en las que recomiende invertir y por qué.
Me sigue gustando la tecnología (ASML, ASM International o STMicroelectronic en Europa y Alphabet, Microsoft y Nvidia en EE.UU.) y he invertido en el sector financiero (ABN Amro y JPMorgan). Dentro de utilities sigo en Engie y EDF. Me gustan también Essilor Luxottica, Saint-Gobain, Pernod Ricard, Straumann, Glencore, Publicis, Roche, Air Liquide, Amadeus, Nestlé, Wolters Kluwer o Ferguson.
-¿Le ha sorprendido el comportamiento de algún sector en concreto?
Uno de los sectores que me ha sorprendido es el de autos. El STXE 600 Auto&Parts lleva un +29,87% YTD (cuarto mejor en Europa). Es cierto que la demanda está fuerte, pero la crisis de semiconductores está haciendo mella en la producción (entregas) y más adelante debería afectar en los niveles de rentabilidad.
-¿Es momento de nadar y guardar la ropa?
Yo opino que la renta variable es la mejor opción a medio plazo dentro de la selección de activos en cartera, pero el excesivo optimismo y condescendencia actual me hacen ser prudente tras cosechar en las carteras unos resultados extraordinarios. Compra con la desazón y vende con la codicia es un buen consejo. El índice de sentimiento de mercado o momentum de Divacons-AlphaValue está en máximos, al igual que el “Fear & Gread Index” que elabora CNN Business. Prudencia, que es la madre de todas las ciencias…
-Según sus datos, 81 máximos históricos de Wall Street este año tras un año y medio tan complicado. ¿Alguien lo habría pronosticado?
El consenso de analistas esperábamos un año 2021 de recuperación. Eso no es una sorpresa. Desde el Día de la Almudena de 2020 (llegada de las vacunas contra el Covid-19), los mercados comenzaron una fantástica recuperación. Pero la estoicidad de los inversores o la confianza a ciegas en los banqueros centrales tras la llegada de la inflación me ha sorprendido algo. Habrá que ver cuando la burbuja de deuda explote.
Uno de los sectores que me ha sorprendido es el de autos
-Lleva un cuarto de siglo analizando los mercados así que me atrevo a preguntarle… ¿qué veremos en 2022?
Yo me conformaría con un ejercicio de transición (+10%) y que el proceso de subida de tipos se realice de manera moderada, pero sistemática, y con un marco bien telegrafiado, como hasta ahora. Los mandatos de Alan Greenspan o Jean-Claude Trichet eran más convulsos y volátiles. Pero desde Ben Bernanke, Janet Yellen, Mario Draghi y Christine Lagarde, la política monetaria ha sido (afortunadamente) más previsible y los analistas y gestores podemos adaptar cómodamente las carteras de inversión.