El verdadero impacto de la crisis en la morosidad bancaria lo comenzaremos a ver durante la segunda mitad de 2022, cuando expiren las moratorias y los avales públicos
La economía española continúa anestesiada (ERTE, créditos ICO…) y una de las consecuencias es la contención de la morosidad bancaria. Así, tras la subida de agosto (4,43% frente al 4,39% de julio), la morosidad bajó en septiembre hasta el 4,35%, según datos provisionales publicados este jueves por el Banco de España.
Bruselas alertó el miércoles de un más que probable repunte de los impagos durante 2022, precisamente por el final de las ayudas como, por ejemplo, las moratorias a los créditos y los avales públicos.
“Si bien no se ha producido ningún efecto precipicio importante tras la expiración de la mayoría de moratorias, hay algunos signos de deterioro crediticio y es probable que la calidad de los activos se siga deteriorando en 2022”, afirma el informe europeo.