Sólo quedan tres semanas para que el nuevo gobernador del Banco de España tome posesión del cargo. El 11 de junio, Luis María Linde cederá su despacho al nuevo inquilino del palacio situado en Cibeles. Todo está planeado. Todo menos el nombre del nuevo gobernador. Un detalle sin importancia. Por cierto, es un puesto que cada vez pinta menos pero que todos anhelan. Por qué será.

Sea como fuere, de todos los candidatos que han ido apareciendo estas últimas semanas, Fernando Becker es uno de los más firmes, tal y como adelantó Hispanidad. Ahora bien, el que ha sido director corporativo de Iberdrola España hasta el pasado mes de febrero no tiene todas consigo por una sencilla razón: le dijo ‘no’ a Mariano Rajoy cuando éste le pidió que fuera ministro de Economía en sustitución de Luis de Guindos. Y ya se sabe que don Mariano puede que perdone, pero no olvida. Tal vez con Becker, amigo de la infancia del presidente -estudiaron en el mismo colegio en León- haga una excepción.

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El otro puesto a cubrir será el de subgobernador. Ya conocen el pacto no escrito que existía y que se cargó Zapatero: el Gobierno nombraba al gobernador y el principal partido de la oposición, al subgobernador. Suena David Vegara, socialista catalán, actualmente consejero independiente del Sabadell, que, entre otros cargos, fue secretario de Estado de Economía con Pedro Solbes siendo presidente Zapatero. Vergara es el hombre ideado para llegar a un acuerdo con el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Y luego está lo políticamente correcto: nombrar una gobernadora, por ejemplo, a Margarita Delgado o a Rosa Sánchez-Yebra. La primera, inspectora del Banco de España, es directora general ajunta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y está mejor posicionada que la ex secretaria general del Tesoro. Pero no se emocionen: ninguna de las dos va ganando en las apuestas.

Y luego está lo políticamente correcto: nombrar una gobernadora... que se nos puede quedar en gobernanta.

En el Banco Central Europeo también están de despedida aunque allí no es tan emocionante. Vítor Constancio cederá su cargo de vicepresidente al exministro Luis de Guindos. El portugués, no obstante, no ha querido marcharse sin antes lanzar unos últimos mensajes al respetable, aunque ninguno suena a nuevo.

Por ejemplo, ha insistido en la necesidad de más fusiones bancarias. El problema, querido Vítor, es que, a estas alturas, nadie quiere fusionarse con nadie. Además, los bancos que cotizan -Unicaja y Liberbank, por ejemplo- tienen muy fácil la respuesta: el que quiera comprar que lance una Opa. Y las entidades que no cotizan -IbercajaKutxabank y Abanca, por ejemplo-, mientras no den problemas tampoco darán argumentos al supervisor. En cualquier caso, señor Constancio, ahora que se marcha recuerde que el banco bueno no es el que tiene mucho capital sino el que tiene poca morosidad.