En plena ola de cierres de oficinas bancarias, el mensaje de esta sucursal de Eurocaja Rural no puede ser más atinado
Buenas noticias para las cooperativas de crédito: durante la primera mitad del año ganaron un 14,8% más que en 2020, hasta 316,6 millones de euros, según los estados financieros publicados el viernes por la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC).
Sí, las cajas rurales y las cooperativas de crédito estuvieron en el punto de mira del Gobierno y del Banco de España allá por el año 2014, con Fernando Restoy como subgobernador del BdE. De hecho, fue el propio Restoy el que, en el marco de los cursos de verano de la Menéndez Pelayo, en Santander, anunció el nuevo modelo que debían acatar este tipo de entidades, un modelo que, como había sucedido poco antes con las cajas de ahorros, suponía su desaparición.
Pero aquello no prosperó y menos mal. Las cooperativas, la mayoría de ellas entidades muy pequeñas y pegadas a la tierra, nunca mejor dicho, están dando una lección al resto del sector financiero y se lo están poniendo muy difícil a los supervisores que prefieren visitar la sede de un gran banco que la de una pequeña caja rural escondida en un pueblo hasta entonces desconocido. Las cosas como son.
Insisto: ninguna cooperativa de crédito ha perdido dinero durante la primera mitad del año, a pesar de las restricciones que están provocando la ruina de miles de familias. No solo eso, según los datos de la UNACC, el sector logró mantener el margen de intereses del año anterior (900 millones de euros) al tiempo que aumentó las comisiones un 8,7%. El crédito creció un 6,4%, hasta los 101.483 millones, y los depósitos, un 9%, hasta los 137.473 millones.
El referente de las cajas rurales no agrupadas es, sin duda, la de Navarra, que en su día se enfrentó al modelo impulsado por Cajamar, en el que las entidades consolidan en el Banco de Crédito Cooperativo. No confundir con el Banco Cooperativo Español, central bancaria del Grupo Caja Rural, que cuenta, entre otras con la de Navarra.
Si ella va bien, el resto del sector respira tranquilo, porque, ¿para qué tocar algo que funciona y que, además, está allí donde el sector bancario ha dejado de estar? De momento, a la luz de los resultados del primer semestre, no tienen nada que temer. La caja Rural de Navarra creció en todos los márgenes hasta ganar 49,2 millones de euros, frente a los 45,9 millones de junio de 2020.
Las cooperativas de crédito y las cajas rurales no se tocan, de momento. Mientras funcionen bien y no causen problemas.