El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, reconoció este lunes, durante su participación en el Mobile World Congress de Barcelona (MWC), que el actual marco regulatorio, “diseñado hace dos décadas en la era de las redes de cobre, está obsoleto y no se adapta al mundo actual donde surgen nuevos modelos de negocios y la provisión de redes como servicio reemplazará a los servicios tradicionales”, afirmó.

Es decir, el comisario francés admite que la legislación está obsoleta, pero no ha hecho nada para actualizarla desde que llegó al gobierno comunitario en 2019. Ahora, en vísperas de las elecciones europeas, le entra la prisa y por eso, la pasada semana presentó el libro blanco del mercado de las telecomunicaciones, un documento que será sometido a consulta pública durante los próximos meses.

El libro blanco supondrá, en teoría, mayor consolidación del sector y mayor capacidad de inversión para las nuevas redes. El libro blanco está muy bien, pero llega tarde, como las declaraciones de Breton de este lunes. Y en cuestiones de tecnología quedarse atrás es una sentencia de muerte.

Breton cree que debe hacer fusiones transfronterizas. “Debemos ser capaces de que haya una consolidación transfronteriza, eso es extremadamente importante”, afirmó. El problema es que con las telecos sucede algo similar a lo que sucede con los bancos, aunque en menor grado: no se cumplen las condiciones de mercado para que dos compañías de distinto país se fusionen.

Europa no es que se esté quedando atrás en tecnología, es que ya está a años luz de EEUU y Asia. Y eso que se suponía que el francés Breton, que, entre otros, trabajó en Orange durante años, iba a impulsar el sector europeo.