Dos años y medio después de anunciarlo, en julio, se activará el fondo de inversiones que el gobierno vasco ha preparado para apoyar a las empresas de la región. Lo afirmó el lunes el mismísimo Íñigo Urkullu: “Contamos ya con los estudios previos que nos van a permitir tomar participaciones en empresas vascas para contribuir con ello a la mejora de su competitividad en el mercado global, garantizando su arraigo y vinculación con el tejido económico local”. Ahí es nada.

El fondo comenzará a operar con una dotación inicial de entre 200 y 250 millones de euros y podrá contar con participación privada, así como de fondos de inversión. Todo es poco por la empresa vasca.

El caso es que el lehendakari está muy preocupado por el futuro de empresas como Euskaltel (el fondo británico Zegona amenaza su arraigo vasco), ITP o Tubos Reunidos, ésta última salvada en el último minuto. Y es que la globalización está muy bien, pero…