El rapapolvo de PharmaMar a la CNMV es importante. En un hecho relevante remitido este martes, la farmacéutica española critica duramente al organismo que preside Sebastián Albella por la información adicional que le ha solicitado acerca de los ensayos clínicos con Aplidin para el tratamiento de pacientes adultos con Covid que requieren ingreso hospitalario.

El laboratorio que preside José María Fernández Sousa-Faro se queja, además, de que la CNMV es reincidente: la solicitud de información adicional del pasado 6 de noviembre se produce después de que el organismo que debe velar por los intereses de los inversores en bolsa -especialmente, de los minoritarios- le enviase un requerimiento con preguntas acerca del medicamento antes mencionado. El cuestionario comenzaba así:

1.Indique el número de pacientes que han participado en el ensayo clínico mencionado.

2.Indique la distribución de edad de los mismos y datos sobre su pronóstico inicial, incluyendo descripción de factores de riesgo presentes al inicio del estudio.

3.Especifique si alguno de los pacientes decidió abandonar el estudio, manifestó efectos secundarios o falleció durante el ensayo.

4.Especifique si alguno de los pacientes requirió ingreso en la UCI o ventilación mecánica.

Y así hasta 12 preguntas de naturaleza médico-científica, que nada tiene que ver con la protección del pequeño accionista y que son, según PharmaMar, “más propias de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), que como organismo público, tiene entre sus competencias, la facultad de “autorizar, modificar, suspender o revocar los ensayos clínicos de medicamentos de uso humano y veterinario y de productos sanitarios” (…), así como llevar a cabo la inspección y control de medicamentos”. Se puede decir más alto, pero no más claro.

Lo cierto es que el mandato de Albella ha estado plagado de polémicas, algunas relacionadas por su pasado como presidente del despacho Linklaters, desde el que asesoró a las compañías a las que luego, desde la CNMV debía vigilar, como fue la fusión que dio origen a Siemens Gamesa o el caso Popular. Otras, polémicas, como la de la OPA de los fondos sobre MásMóvil, han estado directamente relacionadas con los pequeños accionistas, a los que Albella dejó a los pies de los grandes inversores.

El mandato de don Sebastián finaliza el 25 de noviembre. Su renovación (o no) está en manos del Gobierno, concretamente, de la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, que a día de hoy no ha dicho esta boca es mía.

Por cierto, da la impresión de que al Gobierno no le interesan los medicamentos contra el Covid, y menos aún si son españoles. Pero es sólo una impresión.