Ferrovial presentó sus resultados del primer semestre de 2018 en la tarde del jueves 26. En principio malos, porque frente a los 259 millones de euros de beneficios que obtuvo en igual periodo de 2017, ha cosechado unas pérdidas de 57 millones de euros a 30 de junio de este año.

El análisis del origen nos muestra que el primer margen de esta compañía, el resultado bruto de explotación, se ha reducido en un 74%, desde 469 millones de euros a 122 millones de euros, como consecuencia de la caída de la cifra de negocios en un 2% y del incremento de los costes de producción en un 4%. Vamos, una pinza perfecta: produces más caro lo que vendes por menos. Un peligroso estrechamiento de márgenes.

Y aparecen tensiones de liquidez

A partir de aquí, la caída del capítulo de amortizaciones o del coste neto de la financiación no consiguen que la compañía entre en beneficios. Sin embargo, el mercado no se ha tomado a mal estos resultados y la compañía iba subiendo un 3% en el momento de escribir estas líneas. Está claro que los esperaba peores y los había descontado en exceso.

Por líneas de negocio, el año pasado todas tenían un resultado bruto de explotación positivo, salvo aeropuertos, que generaba unas pequeñas pérdidas. Este año la línea de servicios ha entrado en pérdidas, pero de manera muy pronunciada, pasando de un resultado bruto de explotación de 212 millones de euros de beneficios a unas pérdidas de 83 millones de euros. Esta línea sola explica el 85% de la caída de dicho resultado bruto de explotación y, por tanto, de la entrada en pérdidas de la compañía. El mal, por lo menos, está localizado. En concreto el mal es el efecto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el pleito que el grupo Ferrovial mantiene con el Ayuntamiento de Birmingham y que de momento le ha supuesto registrar una provisión por importe de 208 millones de euros.

No son buenos momentos para mantener una exposición fuerte al Reino Unido

Dado que el balance de la compañía no se mueve: no hay inversiones ni necesidades de financiación nuevas y que la capacidad de generar liquidez del negocio es muy justita (prácticamente cero), el fuerte deterioro de la posición líquida de la compañía puede comenzar a ser un problema. Así la liquidez neta se ha deteriorado casi un 13% (446 millones de euros) por culpa del pago de intereses (118 millones de euros) y de la remuneración a los accionistas (245 millones de euros). Estas dos partidas explican el 81% de dicho deterioro y en el caso de la remuneración a los accionistas no parece sostenible en el tiempo si esto no mejora.

Rafael del Pino quiere poner orden en casa: demasiados frentes abiertos

El programa de remuneración a los accionistas mediante la recompra de títulos y el pago de dividendos mediante la entrega de nuevas acciones, muestra que Ferrovial, que ha reducido la financiación proveniente de sus accionistas en un 4,2% y manifiesta poco apetito inversor en sus cuentas, quiere pararse un rato y poner orden. Tal vez tenga demasiados frentes abiertos en muchos sitios. No descartemos que decida salir de determinados territorios, todos de habla inglesa.

En cualquier caso, el presidente y principal accionista, Rafael del Pino, tiene un problema.