FCC suma otro proyecto a su cartera internacional, la construcción del ramal del metro de Panamá que conectará con el aeropuerto de Tocumén. Se ha adjudicado el contrato al que aspiraban también Acciona y OHL y que tiene un valor de 94,8 millones de dólares (unos 83,2 millones de euros), un contrapunto al mal trago en México, con su presidente electo, López Obrador, a por todas para cargarse la ampliación del aeropuerto de México, cuyo quebranto de negocio para FCC ascendería a 543 millones.

El proyecto en Panamá sigue a otras dos adjudicaciones del Metro de Panamá, la construcción de las línea 1 y 2, ya primera ya en servicio y la segunda comenzará a hacerlo en 2019. En paralelo, el nuevo contrato le da más opciones para la línea 3, pendiente de adjudicación y en la que FCC concurre con Carso, del grupo de Carlos Slim, además de las dos constructoras españolas, también preseleccionadas. La de los Entrecanales con Power China y OHL, con Mota Engil.

La entrada en FCC de Slim se interpretó como un revulsivo de la cartera de construcción y ha pasado lo contrario

Las opciones en Panamá, en cualquier caso, tras el jarro de agua fría en México, son un aliciente para FCC Construcción, que no funciona, como ya hemos informado. La división es la más débil de grupo y no ha mejorado con la entrada de Slim, que se interpretó como el gran activo para sacar de la parálisis ese negocio, sobre todo en Hispanoamérica. Casi la mitad de la facturación, el 45%, procede de los mercados internacionales.

La cartera de FCC Construcción estaba en 6.608 millones en 2013 y ha caído desde entonces a 4.300, la cifra con la que cerró 2017, como consta en los informes anuales. Todo ello mientras la mitad de Aqualia (49%), la joya de corona del grupo, está en manos del fondo australiano IFM, aunque es la que más ha mejorado con Slim dentro, a diferencia de la división de Medio Ambiente, que sigue su curso con los contratos de limpieza y recogida de basura municipales y mantiene el tipo con la cartera.