El Consejo de Ministros ha autorizado obras de mantenimientos en diversos tramos de la autopista de peaje AP-7 ente Tarragona y Alicante y lanza un reto: estos tramos revertirán al Estado.

Es decir, repite lo que ya hizo en Vitoria. Suprimir peajes, que eso le gusta mucho al pueblo.

Como hizo con las VTC, Ábalos busca el consenso, es decir, traspasar la responsabilidad a otros… o a todos

Ahora bien, si las autopistas no se financian con pagos significa que no las tienen quienes la usan sino todos los españoles, las usen o no.

Por el momento, el ministro José Luis Ábalos está suprimiendo peajes pequeños, pero pronto llagará Acesa especialmente en los tramos Zaragoza-Barcelona y La Junquera-Salou, y eso ya es harina de otro costal. Es decir, los tramos más largos y más rentables.

Porque entonces el ministro Ábalos tendrá que hacer lo que más le disgusta: tomar una decisión. La euroviñeta, el peaje renovado, gratis total. Sí, esto última queda muy bien pero no olvidemos que es injusta y carísima.

El Gobierno no se atreve a acabar con los peajes de autopistas: no hay dinero para mantenerlas… pero sigue jugando a que va a estatizar las autopistas

Como hizo con las VTC, en su pugna con los taxistas, Ábalos busca el consenso, es decir, traspasar la responsabilidad a otros… o a todos. Y como con un Gobierno en funciones no estamos para consensos parlamentarios, Ábalos entretiene a sus ocios suprimiendo peajes, aunque sólo signifique que el Estado tendrá que hacerse cargo del mantenimiento de las vías.

Es decir, el Gobierno Sánchez no se atreve a acabar con los peajes de autopistas: no hay dinero para mantenerlas… pero sigue jugando a estatizar las carreteras.

Y no sólo eso, encima la Generalitat catalana, nada menos, también tiene vela en este entierro. Pretende instaurar la viñeta, un sistema de pago, en las carreteras que controla, por ejemplo, la autopista del Maresme. Otro lío en ciernes entre Madrid y Barcelona.

Pero Ábalos ha decidido no tomar decisión alguna.