Consejo de Ministros. No sale Marisú, sale el mismísimo Pedro Sánchez, en una intervención no prevista y por tercera vez en una semana. Lo dicho: Moncloa está obsesionada con Isabel Díaz Ayuso. Teme perder la batalla de Madrid. Y ha decidido que Pedro es la mejor baza frente a Isabel.

Y aunque el Plan de Recuperación, que apenas nos lo ha contado veinte veces, lo presenta el miércoles en el Congreso (primero hay que contárselo a los padres de la Patria) resulta que el plan es histórico -como la pandemia- y además de histórico da para hablar tres cuartos de hora y luego admitir seis preguntas de los cagatintas, ni una más.

El plan de recuperación de Sánchez: más sector público y forzosa subida de impuestos

Preguntas de los miembros del lobby claro está. De hecho, sólo una pregunta interesante, la de la representante de Expansión que, naturalmente, no le gustó al presidente del Gobierno, humilde que es él. La pregunta tenía toda su lógica: el señor Ángel Gabilondo jura y perjura que no subirá los impuestos a los madrileños: ¿quiere esto decir que ya se los sube usted? Una gran verdad. Les sube el impuesto de sociedades a todas las empresas españolas y, subiendo a los madrileños el impuesto de Sucesiones y Donaciones, que, además, supone una intromisión en las desgravaciones a las que tiene derecho toda autonomía y que es lo que el Gobierno central, para fastidiar a Ayuso, va a suprimir, exigiendo que Madrid cobre lo mismo que otras CCAA.

En definitiva, que Ángel Gabilondo no les subirá los impuestos a los madrileños: ya se los sube Pedro Sánchez.

Pone como ejemplo a Estados Unidos: pero es que allí pagan menos impuestos de sociedades que aquí. Y no quieren subir, quieren igualar

Medidas del Consejo de Ministros propiamente dicho… ninguna de enjundia. Bueno sí, una que parece de poco alcance pero que constituye el mejor termómetro de la España actual: por ciudad y desde el próximo 11 de mayo no se podrá circular a más de 30 kilómetros por hora. Es decir, que pueden ir en primera por avenidas anchas, a lo sumo en segunda. ¿Para no atropellar a nadie? Por supuesto que no: para expulsar al automóvil de nuestras vidas y sobre todo porque le da la gana al señor ministro Marlaska y al fundamentalista Pera Navarro, director general de Tráfico. Caminamos directos hacia el totalitarismo, urge la rebelión ciudadana. Si mañana nos dicen que andemos a cuatro patas, lo haremos sin rechistar.

El Plan de Recuperación de Sánchez, ese plan histórico, muy histórico, como todo lo que hace Pedro, el histórico: más sector público y forzosa subida de impuestos.

Por cierto, nada de reindustrialización, que es lo que necesita España. El Plan puede resumirse en más gasto en educación (educamos demasiado, al menos demasiados años, a nuestros jóvenes), más gastos en todo y poquitos, muy poquitos objetivos: el coche eléctrico y la energía verde, es decir, cara y poco intensiva.

Y una idea… que le ofrecieron las eléctricas: invertir en viviendas para hacerlas menos contaminantes.

Naturalmente, con cargo a los fondos europeos (sólo 72.000 millones, el resto son créditos). Es decir, que habrá que subir los impuestos.  

El hidrógeno verde es la energía del futuro. ¿A qué no?

Pone como ejemplo a Estados Unidos para meter de rondón la subida del impuesto de sociedades. Otro embuste. A ver: el impuesto de sociedades de EEUU esta en el 21%, mientras que en España está en el 25%. Además, las cantidad de exenciones que hay en Estados Unidos. Pero es que allí pagan menos impuestos de sociedades que aquí.

Además, Janet Yellen, responsable del Tesoro, no quiere subir el impuesto de sociedades, quiere que se iguale en todo el mundo, que es otra cosa. Si Sánchez, que miente de nuevo, pretende aplaudir a Joe Biden, tendrá que bajar, no subir el impuesto de sociedades. Pero a don Trolas, como alguien le ha llamado, todo le sirve.

El hidrógeno verde es la energía del futuro. Pues cuidado, es otra energía no probada y por el momento cara y difícil. Como toda la energía verde, el hidrógeno verde es caro y cuando empiece a ser barato, dejará de ser válida.

Y lo más importante, Pedro Sánchez, sin temor al ridículo, repite los pasos de Felipe González en 1982 cuando prometió crear 800.000 puestos de trabajo y que, al final, se quedaron en 800 o 1.000. Aunque bien pensado es posible que lo logre. A fin de cuentas…

1.No ha especificado si se trata de crear 800.000 puestos de trabajo brutos o netos.

2.Si son brutos… pues son muy pocos hasta 2026, cuando termine el famoso plan de recuperación.

Creará 800.000 puestos de trabajo… pues son muy pocos hasta 2026

En definitiva, demagogo Sánchez está muy preocupado con Isabel Díaz Ayuso. Ahora tendrá que mentir más que nunca.