Pedro Sánchez insiste desde Nueva York: aquí no dimite nadie, ni Dolores Delgado ni Pedro Duque ni él mismo. Y si salen más escándalos es igual: se niegan. Ha impuesto la impunidad, pero eso le echa en manos del Frente Popular, de los comunistas y antisistema de la órbita Podemos y de los separatistas vascos y catalanes, tanto burgueses como proletarios.

La pregunta es: y a todo esto, ¿Pedro Duque debe dimitir? No. En muchas profesiones, sobre todo entre microempresarios y autónomos -los elementos más productivos de todo el sistema-, la confusión entre actividad personal y profesional es casi imposible.

Pedro Duque no convence... aunque en este momento nadie convence a nadie, de nada

Y se ha explicado mal. Pero esa no es la razón de que no dimita. La razón es que el puritanismo hipócrita en el que se mueve Pedro Sánchez le inhabilita para gobernar. La campaña feroz que lanzó contra el PP de Rajoy puso el listón tan alto, o tan bajo, que nadie lo puede superar… y ahora se ha vuelto contra él. Y ahora es víctima de su propia hipocresía y de su propio puritanismo.

Solo le queda echarse en manos del Frente Popular, de quienes, insistimos, le votaron el 1 de junio. Los neocomunistas de Podemos y los separatistas vascos y catalanes.

En resumen, España entra en una nueva fase política: la fase de la impunidad.