Y es lógico que lo sea. El hombre más odiado del mundo, porque es la única barrera que se opone ante el Nuevo Orden Mundial (NOM), de la progresía global y anticristiana.

Ser sobrina de Osama Bin Laden, el gran terrorista, no es cuestión baladí pero, ¿acaso podemos permitir que alguien defiende al miserable de Donald Trump?