La televisión pública, a través de 24 horas, emitió en directo cuestiones tales como las gamberradas de los separatistas catalanes, incluida su traca final: el intento de asalto al Parlament.

Con cierto sabor masoca, porque los reporteros de RTVE tuvieron que soportar los chillidos, sabotajes e injurias en general, proferidos por los muy democráticos CDR.

Al día siguiente, martes, retransmitió la sesión entera del Parlament con la nueva ‘torrada’: abofetea al Supremo negándose a ‘cesar’ a los diputados prófugos o encarcelados y, al mismo tiempo, se les sustituye por otros para no perder los escaños. Recuerden que el independentismo tiene mayoría en escaños, pero no en votos.

A lo mejor sería preferible no emitir tantas imágenes, porque si de algo se andan aquejando los indepes es de “narcisismo”.