Seat S.A., la filial española del grupo Volkswagen, ha dado a conocer sus resultados de 2022 según las normas españolas y sin filiales. Como se preveía, tras ver las vcuentas consolidadas del grupo automovilístico alemán, ha habido vuelta a beneficio... gracias al impulso de su marca premium, Cupra. Y lógicamente, el CEO de Seat, el británico Wayne Griffiths, está contento y ha dado las gracias a los 14.000 empleados por “su esfuerzo, compromiso y flexibilidad”, claro que aunque quiera “mantener empleo” e incluso hacerlo crecer, la apuesta por el coche eléctrico ya se sabe que suele conllevar ajustes porque necesita menos manos que el de coche de combustión... y así se ha podido ver, por ejemplo, en Ford (despedirá a 1.144 trabajadores de la planta de Almusafes).

Volvamos a Seat S.A., que ha cerrado 2022 con un beneficio neto de 68 millones de euros, tras varios años encadenando pérdidas por la crisis de chips y la pandemia del Covid, principalmente. Claro que aún está lejísimos del beneficio obtenido en 2018 (294 millones) y del récord logrado en 2019 (346 millones).

“El cambio de tendencia en la compañía se ha logrado gracias al aumento de la proporción de modelos Cupra vendidos, una agresiva estrategia de gestión de ingresos, reducción de costes generales y mejoras en la eficiencia”, destaca David Powels, vicepresidente de Finanzas e IT

El resultado bruto de explotación (ebitda) se ha situado en su nivel más alto del último lustro, al crecer desde los 278 millones de 2021 a 798 millones, antes de los costes extraordinarios de reestructuración (293 millones, debido al recorte pactado de 1.330 salidas voluntarias incluidas en el nuevo convenio colectivo que se firmó en 2022). Eso sí, tras estos costes extraordinarios, el ebitda se ha quedado en 505 millones, siendo 227 millones superior al de 2021, que tampoco está nada mal. Por su parte, el resultado operativo ha aumentado en 550 millones, a 179 millones, frente al negativo de 371 millones de 2021, antes de los costes extraordinarios citados, y con estos, la subida ha sido de 257 millones, hasta -114 millones, por lo que aún hay cosas que mejorar aunque Seat refiera que 2022 fue “el año del ‘turnaround’ (giro de vuelta) financiero”.

“La estructura de negocio de Seat S.A. es hoy más robusta y estamos construyendo una estructura financiera aún más sólida en el tiempo”, ha señalado su vicepresidente de Finanzas e IT, David Powels. Asimismo, ha destacado que pese a un volumen de coches vendidos un 4% inferior (468.000 unidades) al de 2021 por la crisis de chips, la facturación ha crecido un 14%, a 10.513 millones, siendo la segunda más alta en sus 73 años de historia tras la cifra récord de 2019 (11.157 millones); y el ingreso medio por vehículo se ha incrementado un 18%, a 19.920 euros, por el impulso de Cupra. “El cambio de tendencia en la compañía se ha logrado gracias al aumento de la proporción de modelos Cupra vendidos, una agresiva estrategia de gestión de ingresos, reducción de costes generales y mejoras en la eficiencia”, ha añadido Powels.

“Estamos en el inicio de un año crucial en la historia de Seat S.A. Sabemos que el futuro es eléctrico y tenemos una visión clara y un equipo motivado y decidido a realizar esta transición. Si 2022 fue el arranque de nuestra transformación, 2023 será el año de su aceleración”, subraya el CEO, Wayne Griffiths

 

Esto supone una nueva muestra de la acertada convivencia de las marcas Seat y Cupra, pues si esta última supuso el 40% de las ventas en 2022, se espera que aporte el 50% este año, siendo “la principal palanca de facturación para Seat”, ha subrayado Griffiths (que también preside la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones -Anfac- desde el 19 de enero de 2022). De hecho, desde su lanzamiento, la marca premium acumula más de 300.000 entregas y varios récords, destacando que en 2022, el Cupra Formentor, que se fabrica en la planta de Martorell, casi ha duplicado ventas, alcanzando las 150.000 unidades. Este año ha empezado bien en ventas para Seat S.A. con 71.500 entregas en los dos primeros meses, lo que supone un 27% más que hace un año, con crecimientos tanto en la marca Seat (+12%) como en Cupra (+75%), y la vista puesta en entrar en nuevos mercados y segmentos con el objetivo a medio plazo de volver a superar las 500.000 unidades que vendía antes del Covid. A los modelos de Cupra actuales se sumarán el Tavascan y el Terramar en 2024, y el UrbanRebel en 2025 y el ID. 2all -un coche eléctrico pequeño y más barato- del grupo Volkswagen, y estos dos últimos se fabricarán en Martorell. También está la apuesta por la electrificación, en la que se invertirán 3.000 millones y que incluirá sinergias con la planta de Volkswagen de Pamplona y también con la gigafábrica de baterías de Sagunto.

“Estamos en el inicio de un año crucial en la historia de Seat S.A. Sabemos que el futuro es eléctrico y tenemos una visión clara y un equipo motivado y decidido a realizar esta transición. Si 2022 fue el arranque de nuestra transformación, 2023 será el año de su aceleración”, ha subrayado Griffiths. Un año en el que celebra los 30 años de la planta de Martorell, que liderará el clúster del grupo Volkswagen para el desarrollo del Small BEV, la familia de coches que democratizará la movilidad urbana sostenible, y producirá coches eléctricos para diferentes marcas ambicionando llegar a 3 millones entre Martorell y Pamplona para el periodo 2025-2030. Además, la planta barcelonesa está trabajando para adjudicarse una planta de ensamblaje de baterías y una segunda plataforma de vehículos, con el objetivo de elevar su participación en la cadena de valor de los coches eléctricos y seguir siendo competitiva a largo plazo; y a esto se suma que este año lanzará su nueva estrategia ESG que incluirá el desarrollo de un hub de economía circular (con proyectos de reutilización, refabricación y reciclaje).