Elliott Investment Management no es un fondo de inversión cualquiera, sino que se caracteriza por ser activista y no lo hace especulando con el valor de una compañía como otros (por ejemplo, Apollo), sino interviniendo en la gestión. Ahora entra a lo grande en PepsiCo... y quiere que se ponga en marcha el plan de transformación que ha ideado, sin que nadie se lo pidiera, para relanzar el beneficio.

 

Este fondo estadounidense se fundó en 1977 por Paul Elliott Singer (en la imagen de la derecha), quien sigue al frente como presidente, codirector ejecutivo y codirector de inversiones. “Es uno de los gestores de inversiones más antiguos de su tipo bajo gestión continua”, como se destaca en la página web del fondo y al cierre del pasado junio gestionaba unos 76.100 millones de dólares (unos 65.316 millones de euros) en activos. Emplea a unas 622 personas y tiene su sede en West Palm Beach (Florida, EEUU).

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Ahora Elliott ha puesto la vista en PepsiCo, la multinacional estadounidense de bebidas y aperitivos que dirige el español Ramón Laguarta. Entre sus accionistas abundan los fondos de inversión, destacando Vanguard Group (10%) y BlackRock (8,48%), y cabe recordar que ya no está el magnate estadounidense Bill Gates, pues vendió sus últimas acciones a finales de 2023.

Elliott ha entrado por la puerta grande en el accionariado de PepsiCo, al hacerse con una participación valorada en 4.000 millones de dólares (unos 3.433 millones de euros), y así situarse entre sus principales accionistas. Pero no sólo eso, también quiere -y presionará mucho para ello- intervenir en la gestión, empezando por poner en marcha el plan de transformación que ha ideado para que PepsiCo mejore sus resultados (tanto ingresos como beneficios), recupere cuota de mercado e “impulse una generación de valor considerable, lo que podría suponer una revalorización de más del 50% para los accionistas”, según ha explicado el fondo activista Elliott. Eso sí, todo ello pasa por “un mejor enfoque, la mejora de las operaciones, la reinversión estratégica y una mayor rendición de cuentas”, por lo que el fondo pretende trabajar “codo con codo” con la dirección de PepsiCo que encabeza Laguarta.

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Es cierto que la multinacional de refrescos y aperitivos no viene atravesando una buena racha en resultados. En 2024 se estancaron sus ingresos, aunque incrementó el beneficio, y encima su principal rival, Coca-Cola, le ganó en crecimiento de ingresos y en la cifra total de ganancia, mientras Laguarta se consolidó como el directivo español mejor pagado del mundo a pesar de cobrar menos que el año anterior. Claro que en el primer semestre la cosa no ha ido mejor para PepsiCo, pues los ingresos se han mantenido estancados y el beneficio se ha hundido un 39%.

Ojo, PepsiCo debería recordar que en 2018, Elliott intentó entrar en Telefónica... para después trocearla. Sin embargo, no logró incorporarse como accionista en la teleco española que por encontes presidía José María Álvarez-Pallete, pero sí en Telecom Italia. Laguarta debe estar atento. Además, desde el pasado marzo, el fondo ha ido comprando acciones en Repsol, donde a finales de julio tenía una participación del 1,41%, situándose así como el segundo, tras BlackRock

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