Combatientes iraníes en las bases sirias bombardeadas, al parecer por misiles israelíes. Desde la llanura de Anatolia hasta el Creciente fértil y pueden añadir toda la península arábiga, se ha creado una alianza que nunca debió crearse: Rusia, Turquía, Siria e Irán.

Enfrente, Israel trata de agitar a Donald Trump contra Irán mientras se acerca a su presunto principal enemigo, la Arabia sunita. Otra alianza contra-natura.  

Es un mundo de locos, a los que habría que añadir el festival chino, con el tirano más peligroso e hipócrita del mundo: el chino Xi Jinping. Hemos pasado en seis meses de un peligro de conflagración nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte a un Kim Jong-un al que sólo le falta repartir regalos entre los niños.

Por tanto, tenemos una alianza entre Rusia, Turquía, Irán y Siria. Enfrente, Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí. ¿Ustedes lo entienden?

Y China con India e Indonesia (3.021 millones)

Pero ojo, esto no acaba aquí. Mientras el mayor tirano del mundo, Xi Jinping, agita a su pelele Kim Jong-un contra Occidente, está labrando la alianza panteísta, entre los tres países más poblados del mundo: China (1.396 millones de personas), La India (1.358 millones) e Indonesia (267). Si cogen la calculadora verán que esos tres países suman 3.021 millones de seres.

La India puede ser el más democrático de todos pero lo cierto es que ambos son tiránicos porque ambos están enraizados en la filosofía panteísta, cuya flor más venenosa es el hinduismo. El ‘todo es Dios’ representa el ateísmo más cruel de todos, el que no se preocupa del hombre sino de la humanidad. No es de extrañar que el comunismo siempre haya prendido en el panteísmo. El uno es cruel con la sociedad, el otro con los seres humanos.

Mientras, China utiliza a su pelele favorito, Kim Jong-un, para mantener su primacía mundial

En cualquier caso, el Occidente cristiano se ve amenazado ahora por dos oleadas: la primera alianza entre el mundo eslavo, la inclasificable, pero tiránica Turquía de Erdogan y el chiísmo iraní. Pero detrás, viene le empuje mongol (perdón es una némesis histórica), panteísta y mucho más peligroso que el Islam.

Oponer a tan poderosas y violentas religiones los intereses entremezclados de la Administración Trump, el orondo príncipe Mohamed Bin Salman, de Arabia Saudí, y el líder sionista (sí, desgraciadamente lo es) Benjamin Netanyahu no es como para tirar cohetes. Insisto: no porque norteamericanos e israelíes no sean occidentales, que lo son, sino porque aquí no hablamos de una alianza religiosa, ni tan siquiera de una filosofía, sino de meros intereses de poder.

Atención al otro polo de poder mundial: China-India-Indonesia

Es el Occidente asediado. Por de pronto habría que recordar que la Rusia eslava también es Occidente. Hay que hacer que Putin vuelva al redil cristiano. Luego, oleada islámica, entre sunitas y chiítas, no lo duden, elijan a los chiítas y a todo aquel país árabe que defiende la libertad  religiosa de los cristianos. Jordania sí nos vale, Paquistán no. Siria sí nos vale, Arabia Saudí no.

Es el poder de Asia, un poder peligroso, dada su cruel filosofía panteísta. Ríanse ustedes del Islam

Y cuando se trata del panteísmo de China, India e Indonesia mucho cuidado: no puede haber mayor incompatibilidad.