Estos días se ha celebrado en EEUU la ‘Marcha por la vida’. La posibilidad de que el Tribunal Supremo, durante este año, anule la histórica sentencia ‘Roe v. Wade’ de 1973 que legalizó el aborto en todo el país, y provocó la primera Marcha por la Vida hace 49 años, le dio un aire festivo a los eventos del día, que culminó con un paseo por la Avenida de la Constitución de Washington hasta los escalones de la Corte Suprema, recoge Infocatólica.

«Esperamos y rezamos para que este año, 2022, traiga un cambio histórico para la vida», dijo Jeanne Mancini, presidenta de ‘March for Life’, el organizador del evento, en el mitin.

Tampoco faltaron las protestas de los abortistas, que proyectaron grandes mensajes a favor del aborto sobre la basílica del Santuario nacional de la Inmaculada Concepción de Washington, recoge Religión en Libertad.

Pero quien está muy preocupado por la posibilidad de que el Supremo anule Roe v. Wade es el ultra-abortista y actual presidente de los EEUU y ultra-abortista, Joe Biden, quien en un mensaje difundido el 22 de enero de este año junto a su vicepresidenta -también ultra-abortista-, Kamala Harris, lamentó que “el derecho constitucional establecido en Roe vs. Wade hace casi 50 años hoy está bajo ataque como nunca antes”. “Es un derecho que creemos debería ser codificado en una ley, y nos comprometemos a defenderlo con todas las herramientas que poseemos”, recoge Aciprensa.

Una señal esperanzadora sobre un posible fallo provida es que la Corte Suprema determinó que la Ley del latido del corazón, implementada en Texas a inicios de septiembre de 2021, se mantenga en vigor mientras dure el proceso judicial iniciado por abortistas en un intento de anularla

Y es que el pasado 1 de diciembre de 2021, la Corte Suprema, conocida como SCOTUS por sus siglas en inglés, comenzó a escuchar los argumentos orales en el caso Dobbs vs. Jackson Women's Health Organization, sobre una ley del estado de Mississippi que restringe la mayoría de abortos posteriores a las 15 semanas de gestación, añade Aciprensa.

Un fallo favorable a la ley provida de Mississippi podría afectar a las sentencias de Roe vs. Wade y a Planned Parenthood vs. Casey de 1992, en la que la Corte Suprema reafirmó el primer fallo y estableció que “un Estado no puede prohibir a ninguna mujer tomar la decisión final de interrumpir su embarazo antes de la viabilidad”.

Una señal esperanzadora sobre un posible fallo provida es que la Corte Suprema determinó que la Ley del latido del corazón, implementada en Texas a inicios de septiembre de 2021, se mantenga en vigor mientras dure el proceso judicial iniciado por abortistas en un intento de anularla. La Ley del latido del corazón prohíbe los abortos una vez que se escucha el latido cardiaco, alrededor de la semana 6 del embarazo.

La contradicción de Biden, que se proclama católico y ha recibido la Eucaristía en Misa al tiempo que defiende el aborto, ha motivado duras críticas de la Iglesia Católica en Estados Unidos y en otras partes del mundo, recuerda Aciprensa.

En octubre de 2021,​​el Arzobispo de Kansas City y presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Mons. Joseph Naumann, expresó su decepción con Biden, y le exigió que actúe como el “devoto católico” que dice ser.

Después de que Biden se reuniera con el Papa Francisco a fines de octubre de 2021 y asegurara que éste lo autorizó a seguir comulgando, el hoy Obispo electo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio Munilla, dijo que “estas increíbles declaraciones dejan al descubierto la catadura moral de quien es capaz de comprometer y manipular al Papa con la pretensión de lavar su conciencia manchada por la sangre de tantas vidas inocentes injustamente eliminadas”, recuerda Aciprensa.