Las durísimas declaraciones de la consejera delegada de Bankinter, Concepción Dancausa, al paquete de reformas del Gobierno Rajoy, certifican la reacción de Hispanidad y de casi todos los medios informativos -salvo algunos, que parecen editarse en Génova- acerca de la política económica del Gobierno.

Este lunes, ante el Instituto de la Empresa Familiar, Mariano Rajoy ha huido hacia adelante. Ha hecho un canto a su gestión económica, como si no hubiera incrementado el número de parados en un millón y como si sus mismas previsiones micro no fueran como para echarse a llorar.

Señor Rajoy: sí existe alternativa. Por supuesto que no es la que presenta la izquierda de Rubalcaba y Cayo Lara; un binomio de majaderos que ante una crisis provocada por dos elefantiasis, la del Estado y la de los mercados, pretenden aumentar la una y la otra. Sí, también la segunda: cuando la izquierda exige que se devuelva todo su dinero a los suscriptores de preferentes está haciendo justamente eso: aumentar la burbuja financiera. Y cuando exigen que se nacionalice a la banca quebrada están haciendo eso: lo que quieren los banqueros.

No, es evidente que el cambio de modelo tiene que ir por aumentar el autoempleo, por permitir a los españoles que decidan arriesgarse a crear su propia máquina de facturar. Y eso se consigue reduciendo impuestos y burocracia, más incluso que financiando a emprendedores... que ya sabemos todo en qué acaban las financiaciones ICO.

Porque, al final, todas las excusas de Mariano Rajoy -hoy, por ejemplo, ante el Instituto de Empresa Familiar- se estrellan contra el mismo y definitivo argumento: ¿Por qué países con una situación de crecimiento económico similar o peor que la nuestra, tienen una tasa de paro sensiblemente inferior a la española

Eulogio López

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