Sr. Director:
"Benedicto XVI abogaba por una revisión del modelo de desarrollo económico ante el desequilibrio entre riqueza y pobreza", titulaba un artículo publicado el pasado mes de noviembre.

El Santo Padre dijo que hay que tomar seriamente en consideración "la actual crisis económica, de la que se ha tratado de manera especial en la cumbre del G20". Las numerosas causas que la han provocado necesitan una revisión profunda del modelo de desarrollo económico global. 

El Papa señalaba, ya entonces, que la actual crisis económica, "se trata de un síntoma agudo que se ha añadido a otros más graves y ya bien conocidos" como son, enumeró: "el desequilibrio entre riqueza y pobreza, el escándalo del hambre, la emergencia ecológica y el problema de la desocupación, también éste general.

En este cuadro, es decisivo un relanzamiento estratégico de la agricultura. De hecho, el proceso de industrialización, en ocasiones, ha dejado en la sombra el sector agrícola, que, a pesar de sacar beneficio de las consecuencias y de las técnicas modernas, ha perdido sin embargo importancia, con notables consecuencias también en el plano cultural.

Me parece el momento para un llamamiento a revalorizar la agricultura, no en sentido nostálgico, sino como recurso indispensable para el futuro.

S. M.