Insisto. Los Presupuestos Generales del Estado para 2014 son de corte socialdemócrata. En el único punto en que se aleja de esa tónica es en el de la reducción del gasto, pero en materia de gastos lo mejor es no hacer caso del presupuesto, que no mira a la mañana, sino al ayer: en 2013 el gasto público está aumentando.

No hay reducción de impuestos y se incrementa la presión fiscal, justo lo contrario que se supone debería hacer un gobierno de derechas. O liberal, si lo prefieren: quitarle poder al Estado y traspasarlo a la sociedad.

¿Y qué me dicen de la deuda El peso del Estado no disminuye y, encima, se prevé que la deuda alcance el 100% del PIB (Montoro habla de un 97%). Pues mire usted, eso quiere decir que estamos endeudando a las próximas generaciones y que, además, la presumida reducción del déficit se está haciendo difiriendo pagos... que eso es la deuda. 

En resumen, presupuestos socialdemócratas, que no reducen los impuestos laborales, que mantienen un nivel de rentas salariales y profesionales muy bajas, que no apoyan a la maternidad -sí, el principal problema económico de España, con una sociedad envejecida-.

Al final, las pensiones tendrán que bajar y los españoles seguiremos siendo un país sobre endeudado -ergo, no nos bajarán los impuestos- y la actividad económica sigue capada por el tamaño del Estado.

En definitiva, en contra de lo que repite el ministro Montoro, el tamaño del Estado no se reduce y los impuestos no bajan. Seguimos financiando un Estado del Bienestar a costa de los jóvenes en paro.

Y lo más grave: José María Aznar (en la imagen) se va a enfadar con su sucesor, Mariano Rajoy.

Eulogio López

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