El problema de 'Podemos' no es que sea un partido radical. La verdad siempre es radical. Es más, a día de hoy, la verdad se ha vuelto ultra, quizás porque los políticos ni la utilizan ni la consideran.

El problema real de 'Podemos' es doble. Por un lado, la vanidad de un Pablo Iglesias, un tertuliano televisivo -que no es decirlo todo, pero algo dice-, surgido al rebufo del 15-M.

La segunda es la insoportable levedad de los planteamientos de los indignados. Suelen acertar más en el diagnóstico que en las terapias... si es que ofrecen terapia alguna. Ejemplo, entrevista con el vencedor de las euroelecciones -lo es, sin duda- en el diario El Mundo. Pregunta:

-Primera medida si tuviera responsabilidades de Gobierno.

-Primero: decreto ley de expropiación de las viviendas vacías que están en manos de los bancos y hacer un parque público de viviendas. Segundo: Prohibición de las puertas giratorias entre los consejos de administración y los Consejos de Ministros. Tercero: reforma fiscal para que paguen los ricos; somos el país de la UE con menos presión fiscal sobre las grandes fortunas.

Y termina jactándose: "Para la primera semana no estaría mal".

Primero: expropiar las viviendas vacías -que no son solo de los bancos sino de otros muchos- es un atentado contra la propiedad privada, pero supongo que eso no le importa mucho a Iglesias. El caso es que tendría mal pase en los tribunales. Hasta ahora, los poderes públicos sólo se han atrevido a gravarlas con un impuesto especial. Y la cosa está en los tribunales. Ahora bien, ¿para qué expropiar ¿Para regalarlas a menesterosos, para alquilarlas o para revenderlas ¿Y quién decide a quién se otorgan dichas viviendas y según qué criterios

Vamos con la segunda: que no haya puertas giratorias entre consejos de administración y el Consejo de Ministros. ¿Y eso qué es Además, ¿por qué el Ibex 35 ¿Acaso no sabe que el mayor poder empresarial y el que más presiona a la Administración son empresas que no cotizan en bolsa y, por tanto, no tienen tanta obligación de informar 

Pero lo importante: se trata de otra idea, no vaga, vaguísima.

Tercero: impuestos a los ricos. En primer lugar, a más impuestos públicos menos libertad privada. Después: no, no es España la que menos impuestos cobra a los ricos. Más, somos un país con mediana presión fiscal pero altísimo esfuerzo fiscal. Iglesias, que de Hacienda anda un poco pez, no entiende que la fiscalidad hay que medirla en relación con la renta disponible.

Pero, sobre todo, no entiende que a la gente no hay que ponerle impuestos según su riqueza, sino según su mayor o menor contribución al bien común. Ejemplo: si un multimillonario, dueño de la mayor empresa del país, dedicara sus inmensos beneficios a seguir invirtiendo y creando puestos de trabajo yo le aplaudiría. Que se siga enriqueciendo en patrimonio, que no en liquidez. A la gente, don Pablo, no hay que juzgarla por lo que gana, sino por lo que gasta. Lo demás, no es justicia social, se llama envidia.

Y mejor sería que distinguiera entre ricos empresarios y ricos rentistas, que discriminara entre fiscalidad sobre empresas y fiscalidad sobre inversión financiera.

En definitiva, señor Iglesias, no sabe usted de qué está hablando. Es un indignado de éxito.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com