Se acaba el tiempo. La "acción de oro" con la que el Estado tiene potestad para intervenir en las antiguas compañías privatizadas tiene fecha de caducidad. En el caso de Endesa, ésta acaba en febrero de 2006, razón por la que el gobierno debe darse prisa. O dicho de otro modo : la "resurrección" del acoso del gobierno a las privatizadas tiene nombre y apellidos: Manuel Pizarro, presidente, de momento, de Endesa.

Las "golden share" de Telefónica y Repsol acaban en cambio en el 2007. En el caso de Repsol ya no es necesario el uso de la fuerza porque el gobierno ganó el trofeo de la cabeza de Alfonso Cortina. Sin embargo, Alierta sigue estando en la picota en Telefónica y podría ser el siguiente paso en esta estrategia gubernamental de desbancar a "los amigos de Rato". O no, que diría Rajoy, porque en la críptica descripción de Montilla, si él fuera accionista tendría problemas con unos, pero no con otros. Así, sin detallar.