En vísperas del viaje de Rubalcaba a Rabat aplauden el tratamiento de la crisis. En el Partido conservador siguen temiendo la doble nacionalidad hispano-marroquí

Su viaje a Melilla ha podido resultar eclipsado por el del expresidente Aznar, pero lo cierto es que Esteban González Pons ha ganado puntos en el Partido Popular. No sólo por el viaje en sí, sino por su tratamiento mediático. Así, ya de vuelta en Madrid, Pons, conocido como el gato de Cheshire aclaro: Si no había conflicto, ¿cuál es el conflicto que se ha solucionado?. Y también aseguró: Si no había conflicto, ¿por qué se hizo intervenir al Rey?.

Dos frases que desmontaron la ficción gubernamental, dirigida por Fernández de la Vega, a su vuelta de vacaciones, y por el canciller Moratinos sin necesidad de abandonar su bien ganado reposo, de que en Melilla no había ocurrido nada y que si algo había ocurrido, se debía aplicar el viejo axioma: Si me engañas una vez la culpa es tuya; si me engañas dos veces la culpa es mía; si me engañas tres veces la culpa es del PP.

En vísperas del nuevo viaje servil de Alfredo Pérez Rubalcaba, a Rabat la actitud de Pons constituye un acierto pleno.

Sí, el gato de Cheshire ha ganado puntos en el PP, más que su jefe de filas, Mariano Rajoy, que era quien deba haber viajado a Melilla.

Mientras, en el Partido Popular, conocido por su falta de reflejos a la hora de reaccionar ante una crisis, se empiezan a preguntar por el número de marroquíes (500.000 en la península) que han pedido la nacionalidad española sin perder la marroquí. Sobre a quién guardan lealtad no hay ninguna pregunta que formular: todos saben que a Mohamed VI.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com