Desde que el sandinista Miguel DEscoto preside la asamblea de la ONU el panteísmo más descarado, el de la Madre Tierra, que tiene tantos derechos como el hombre, reina en el principal organismo multinacional.

No sólo eso, DEscoto está dispuesto a premiar a todo tipo de dictadores, empezando por Fidel Castro, continuando por Evo Morales y presentarles como los verdaderos defensores de las libertades, táctica a la que nunca se había atrevido Naciones Unidas. Una nueva época pero no necesariamente buena.