Sr. Director:

Tras el salto a los medios de comunicación de la sanción impuesta a su empleada Nadia Eweida, me dirijo a Vs. para expresarle mi preocupación y mi rechazo a la política discriminatoria de su empresa hacia los trabajadores cristianos. Aunque este trato discriminatorio sería igual de deleznable independientemente del colectivo al que se dirija, se ve agravado por ir contra la religión de la mayoría de los ciudadanos de sus país, de sus trabajadores, y de sus usuarios.

Sancionar a una trabajadora por llevar un signo que forma parte de la cultura de su país y de Europa, es un acto que desprestigia a su compañía y que constituye una grave violación de los derechos de sus trabajadores y usuarios.

María Cornide Santos

riamar@mixmail.com