César Nombela es presidente del Comité Asesor de Ética del Ministerio de Sanidad desde la pasada legislatura. Anteriormente, fue director del CSIC de 1996 a 2000. Profesional y catedrático de la Cátedra extraordinaria de Genómica y Proteómica de la Universidad Complutense de Madrid. Su currículum es oportuno, porque Nombela es un científico metido a político con un sello del PP, que trata de borrar con ánimo de supervivencia, digno de mejor causa.

 

El miércoles 12 acudió al auditorio del grupo Vocento en Madrid. Habló sobre clonación. Pero también sobre células madre embrionarias y la posibilidad abierta por la vigente Ley de Reproducción Asistida de investigar con ellas. Pero, lo más llamativo fue su comentario relativo a Bernat Soria, el famoso investigador de la Universidad de Elche aupado por El País y por el progresismo pseudo-científico.

 

Nombela cree que Soria es producto de la política. Alaba su investigación sobre el páncreas. Pero censura sus supuestos avances sobre la diabetes: "Demostró en una publicación que había logrado que células embrionarias de rata secretaran insulina, pero poco después la revista Science demostró que había sido un artefacto y que no había tenido ningún éxito. No tiene experiencia con éxito en el tema", sentencia Nombela. O sea, que Soria es un impostor. No lo dijo, pero no era necesario. Soria ha sido -y sigue siendo- el tonto útil utilizado por el PSOE para justificar su cultura de la muerte. Eso se llama progresar...

 

La transparencia de Nombela en el juicio de Soria se torna en confusión cuando se refiere a la investigación con células madre embrionarias. El presidente del Comité Asesor de Ética apuesta por la investigación con células madre adultas, "que son las que han demostrado más posibilidades para la medicina regenerativa".

 

Por ejemplo, señaló Nombela, las células troncales hematopoyéticas se han podido transformar en células nerviosas y en células hepáticas. Y también se han encontrado células troncales adultas en la piel, el intestino, el sistema nervioso central, el músculo esquelético y el tejido adiposo. Por si fuera poco, Nombela añadió que la distinción entre embrión y pre-embrión no es una distinción científica.

 

La apuesta clara por la investigación con células madre adultas contrasta, sin embargo, con su permisividad con la investigación embrionaria. A su juicio, ambas líneas investigadoras son compatibles. "La investigación con los embriones servirá ahora para avanzar en el conocimiento humano sobre la capacidad de diferenciación celular", señala.

 

Nombela califica el actual marco legislativo de "abierto" y justifica su adjetivo en que "hasta periódicos como El País han dicho que el marco para investigar en España es muy adecuado y muy propicio para el avance científico". Ya saben, El País es la "biblia" de la ciencia. Donde esté Polanco que se quite Science. Menos mal que con Soria se había hecho mucha política, señor Nombela...

 

Pero don César recula. El argumento de autoridad esgrimido no era muy científico. Así que opta por recurrir a mejores argumentos. Esgrime que el Comité Asesor de Ética en la Investigación científica y tecnológica formularon exigencias éticas en la modificación de la Ley de Reproducción Asistida de 1988. A su juicio, la nueva normativa tiene grandes exigencias éticas porque se trata de que "sólo se puedan utilizar embriones que no tengan otra opción porque han llegado a su límite biológico". Nombela cree que pasados cinco años de crioconservación, sólo entre un 5 y un 10% serán viables.

 

Parece desconocer que en Israel, el doctor Ariel Revel ha conseguido dar viabilidad a unos embriones que llevaban 12 años en el congelador. Pero el político gana sobre el científico: "Esos embriones es como si hubieran fallecido ya, y por ello es legítimo obtener células de ellos. Yo no sé si podría dar ese embrión para que una mujer lo geste, aunque me lo pidiera, porque tendría reparos en hacerlo". O sea, que no sólo es permisible, sino que es deseable. Lo máximo. Ante la amenaza, huida hacia adelante: "Yo he llegado a la idea de defender, no lo bueno, sino lo mejor". ¡Toma ya! Por si había dudas...

 

Pero señor Nombela: ¿Cómo va a ser lo mejor utilizar a seres humanos para la investigación como si fueran ratas de laboratorio? ¿Cómo es posible que usted que conoce la realidad sacrifique miles de frigonenes por mantenerse en la pomada? Máxime cuando el mismo Nombela reconoce que "la existencia biológica humana comienza con la fecundación". Por eso, añade, el embrión no es instrumentalizable. ¿Pero si investigable?

 

Porque el mismo Nombela reconoce que no existe historias de éxito en la investigación embrionaria y sí en la utilización de células madre adultas. Actualmente, el hospital de Valladolid,  La Paz, en Madrid, y la Clínica Universitaria de Navarra están utilizando con éxito esta práctica médica. "El progreso científico va por ahora en una dirección: las células madre adultas", sentenció. Además, como reconoce Nombela, la terapia embrionaria supone un serio peligro de tumoregénesis. Sin embargo, insiste en que la investigación con embriones "va a esclarecer muchos asuntos". Vuelve a ganar el político sobre el científico.

 

Por último, señor Nombela, ¿qué le parece Matesanz e Izpisúa? "El doctor Matesanz tiene mucha experiencia con los trasplantes de riñón y al frente de la Organización de Trasplantes", respondió. O sea, que no sabe nada de investigación con embriones, pero está feliz que su Departamento se haya visto dotado de mayores competencias con proyección publicitaria. Vuelve a ganar el político sobre el científico.

 

¿Y de Izpisúa? "Izpisúa tiene experiencia embrionaria pero no creo que finalmente venga a España al Centro Nacional de Trasplantes y Medicina Regenerativa", afirmó. Bueno, el interesado no opina lo mismo y asegura que, tras su conversación con el director general de Sanidad, su repatriación está asegurada. Por otra parte, Izpisúa tiene una moderada experiencia investigadora con ratas y pollos, que no es exactamente lo mismo que seres humanos. ¿O sí?

 

Luis Losada Pescador