El auge del dominio de las nuevas tecnologías e Internet no escapa a la creciente preocupación por la sostenibilidad y también se quiere reducir la huella digital
En nuestro mundo se va imponiendo cada vez más el dominio de las nuevas tecnologías e Internet, así como sus múltiples usos (trabajo, comunicación, ocio, compras, educación, información, etc.). Los orígenes de Internet se remontan al inicio de los años 60 del siglo XX, pero en poco más de seis décadas ha tenido un crecimiento espectacular y ahora, en tiempos de gran consumismo, también han surgido cuestiones como la preocupación por el medio ambiente, la sostenibilidad y la eficiencia, aspectos de los que no escapa el consumo digital.
En 1996 había 10 millones de ordenadores conectados en todo el mundo y en 2005 Internet alcanzó los 1.000 millones de usuarios, cifras que se han quedado mínimas si se comparan con las más recientes. Hace dos años, Cisco estimaba que en 2023 habrá 29.300 millones de dispositivos conectados a la red. Por su parte, Digital Report 2023, el estudio anual que realiza We Are Social, señalaba que se cerró 2022 con 5.160 millones de usuarios de Internet, lo que representa el 64,4% de la población mundial (la cual se estima en unos 8.000 millones); y que había 5.440 millones de usuarios de teléfonos móviles. La venta de estos últimos ha sido clave en la expansión de la red y el último dato apunta a casi 3 millones de unidades al día y un total de 269,8 millones de unidades en el primer trimestre de este año, según la firma de análisis de mercado Canalys, superando los de 3,3 millones de móviles vendidos cada día en el conjunto de 2022. Además, el tiempo de navegación diario entre las personas de 16 a 64 años se situó en un promedio de 6 horas y 37 minutos a finales de 2022.
Casi 3 millones de teléfonos móviles se vendieron al día y un total de 269,8 millones de unidades en el primer trimestre, según la firma de análisis de mercado Canalys, superando los de 3,3 millones de móviles vendidos cada día en el conjunto de 2022
Pero dejando a un lado las cifras globales, echemos un breve vistazo a algunas de España, que tenía 48,197 millones de habitantes el pasado 1 de abril. 2022 se cerró con el 94,5% de la población de 16 a 74 años (33,5 millones) habiendo usado Internet, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La actividad más realizada por la red fue el uso de mensajería instantánea (WhatsApp, Skype, Messenger…), destacó el INE; y Spotify fue la plataforma en la que los usuarios pasaron más tiempo, seguida de Twitch, recogió Statista.
Millones de usuarios y millones de aparatos que también consumen energía. Claro que la que utilizan los smartphones para recargar sus baterías no es la más elevada, sino que el gasto más importante durante su uso se da al navegar por la red con la transmisión de cada byte (unidad de información estándar que se utiliza en informática y en telecomunicaciones para referirse a los datos). Cada minuto son muchos los bytes que creamos y consumimos, por ejemplo: al consultar y enviar correos electrónicos, realizar búsquedas, leer noticias, visualizar vídeos, compartir mensajes y fotos en las redes sociales, enviar y recibir mensajes de WhatsApp y/o Telegram, ver documentos, etc. Todas estos bytes hacen un viaje casi inmediato a través de la red hasta el centro de datos, que es donde se procesa y se almacena la información, y cuantos más bytes se transmitan, mayor será el consumo en la red y en dichos centros de datos, que necesitan gran capacidad y refrigeración de sus equipos (la cual se suele hacer a través de circuitos cerrados de agua que se reutiliza). Al mismo tiempo, se ha ido aumentado el ancho de la banda para que las transmisiones sean cada vez más eficientes y rápidas: el 3G, el 4G y ya se está instalando el 5G, que disfrutarán casi todas las personas en 2025; e incluso ya se está empezando a trabajar el el futuro 6G de cara a 2030).
Todas los bytes que creamos y consumimos al navegar por Internet hacen un viaje casi inmediato a través de la red hasta el centro de datos, que es donde se procesa y se almacena la información, y cuantos más bytes se transmitan, mayor será el consumo en la red y en dichos centros de datos. Además, va aumentando el ancho de la banda...
La transmisión de todos estos bytes no sólo se hace a través de los smartphones, sino también de las tablets, los ordenadores, las televisiones inteligentes y otros muchos aparatos electrónicos. En los hogares españoles, los grandes consumidores de energía son la calefacción y el agua caliente, que suponen el 74,6% del gasto, como refieren datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Les siguen los electrodomésticos (15,3%) y dentro de estos, los que consumen más energía son los frigoríficos (28,9%), las televisiones (11,4%) y las lavadoras (11%); y a algo más de distancia, en el quinto lugar, se encuentran los ordenadores (7,1%). Este último porcentaje es relativamente pequeño, pero aún puede ser menor si se elige el nivel de potencia que se ajusta al consumo y se optimiza cada kilovatio. Estas dos últimas cuestiones son más relevantes en el caso de una oficina. El consumo de un PC depende de varios factores -entre ellos, la antigüedad, la marca y el modelo-, pero de media consume 2,2 kilovatios hora (kWh) durante ocho horas de trabajo, según la energética CHC Energía. Además, se puede evitar el ‘consumo fantasma’ que tienen aparatos eléctricos o electrónicos cuando están apagados o en suspensión pero siguen conectados a la corriente eléctrica; y también reciclar los aparatos más viejos.
Dejando a un lado el exterior de los aparatos, pasemos al consumo energético de su interior. Este último, en gran medida, depende de su uso y de la cantidad de correos electrónicos y archivos digitales (documentos de diverso tipo -texto, hojas de cálculo, presentaciones...-; pdf; fotografías; vídeos; etc.) que no eliminamos y siguen consumiendo en los servidores y ocupando espacio.
En España, los electrodomésticos (15,3%) son el tercer gran consumidor de energía dentro del hogar: los que consumen más son los frigoríficos (28,9%), las televisiones (11,4%) y las lavadoras (11%); y a algo más de distancia, en el quinto lugar, se encuentran los ordenadores (7,1%)
Por ejemplo, “enviar 65 mensajes de correo electrónico equivale aproximadamente a conducir un kilómetro en coche. Cada día se envían unos 280.000 millones, lo que significa que, por año, el equivalente al uso del correo electrónico en el mundo genera tanto CO2 como tener siete millones de coches más en las carreteras”, afirmaba Ana Figaredo, directora general del banco suizo Lombard Odier en España, en 2019. Dos años después, se enviaron y recibieron más de 300.000 millones de e-mail diarios, según Statista. A la vista de estas cifras, es más importante referir que al eliminar 30 correos electrónicos se pueden ahorrar 222 W, lo que equivale a dejar una bombilla de bajo coste encendida durante un día entero.
SMAAART, una empresa especializada en el reacondicionamiento de teléfonos móviles, ha desarrollado una guía de buenas prácticas para promover el uso responsable de la tecnología y reducir la huella ambiental digital:
- Vaciar la bandeja entrada con frecuencia, pues los spam (correos no deseados) representan entre el 85% y el 95% de los e-mails que se reciben
- Reducir el tamaño de los archivos adjuntos, algo que se puede hacer con programas de compresión (WinZip o WinRAR, entre ellos) o con servicios de transferencia de archivos que hay en la red (por ejemplo, WeTransfer)
- Limitar el tiempo de uso de las redes sociales, donde todo lo que se comparte (selfies, fotos, GIFs, emoticonos o un simple ‘Me gusta’) consume energía, por ejemplo Facebook emitía más de 645 millones de kilogramos de CO2, lo mismo que 650.000 vuelos de París a Nueva York, y esa es una de las razones de que junto a otras grandes compañías tecnológicas, como Google y Apple, se haya comprometido a que el 100% de la energía que usa proceda de fuentes renovables, evitando la emisión de gases de efecto invernadero
- Eliminar publicaciones antiguas en redes sociales y salir de grupos que no se usan o incluso borrar conversaciones de chats para liberar espacio de almacenamiento
- Bloquear la reproducción automática de vídeos, por ejemplo en TikTok y YouTube
- Liberar espacio del ordenador clasificando y eliminando archivos antiguos, así como vaciando la papelera de reciclaje
- Desinstalar las aplicaciones que no se usan en el smartphone, desactivar notificaciones y mantener como mínimo 1 gigabyte de espacio libre para que el sistema funcione sin problemas
- Organizar las conversaciones de WhatsApp, y es aconsejable eliminar las conversaciones y los archivos almacenados en las mismas (fotos, vídeos y audios)
- Borrar los mensajes del buzón de voz
- Dar una segunda oportunidad al smartphone a través de la donación, la venta o el reciclaje
Hay muchos otros consejos, como los que ofrece Hannah Smith, experta en sostenibilidad digital y miembro de la Green Web Foundation, para reducir el consumo de energía de las acciones digitales, por ejemplo:
- No escuchar música en YouTube si no te interesa ver el vídeo, optando mejor por usar aplicaciones como Spotify
- También ‘googlear’ menos, es decir, dedicar menos tiempo a la búsqueda de páginas web que consultas habitualmente y guardarlas como marcadores para acceder con sólo un par de clics y que no supone la carga de miles de resultados de búsqueda
- Es mejor conectarse a Internet por cable,tanto en casa como en la oficina, porque consume menos energía que la conexión wifi
- Asimismo, es bueno descargar contenidos en lugar de verlos por streaming
- Ahora que la pandemia del Covid-19 parece que nos ha dejado y que el teletrabajo ha disminuido notablemente es recomendable evitar las videollamadas o hacerlas sin activar la cámara
- También es positivo guardar los archivos en el pc o en un disco externo de memoria y no en la nube
En relación sólo al correo electrónico, Smith recomienda anular la suscripción de newsletters (boletines) que ya no interesan y también darse de baja de los correos comerciales. De esta forma, no sólo se ahorrará espacio en el correo, sino también tiempo en borrarlos. Además, aconseja que cuando se responda a un mensaje, se borre toda la cadena de los anteriores si no son relevantes.
En relación sólo al correo electrónico, Smith recomienda anular la suscripción de newsletters (boletines) que ya no interesan y también darse de baja de los correos comerciales
Para los que crean gran cantidad de contenidos digitales, Smith propone:
- Optimizar las imágenes antes de subirlas a la red, porque cuanto menor sea su peso, menores datos supondrán y por tanto consumirán menos energía; y recomienda que estén en formato jpg
- Aaconseja comprimir los archivos pdf antes de subirlos o enviarlos, ahorrando espacio y energía, y para ello hay un buen número de programas informáticos, páginas web y aplicaciones donde hacerlo de forma rápida y gratuita
- Otra estupenda opción es subir vídeos sólo cuando de verdad aporten valor al contenido
- También comprar un hosting (servicio de alojamiento web que permite publicar un sitio web o una aplicación en Internet) que esté desarrollado con energías renovables
A todos estos consejos se suman otros, como cerrar las ventanas del navegador de Internet si no las estamos utilizando y apagar el router por las noches. También hay otros dos que no por ser los últimos dejan de ser de gran importancia. Por un lado, aprovechar al máximo la vida útil de los dispositivos, tanto móviles como ordenadores, a pesar de que las compañías sacan nuevos modelos frecuentemente y también algunas usan la denominada obsolescencia programada. Y por otro, la desconexión digital de vez en cuando o lo máximo que se pueda, pues también es buena para el planeta y para la salud física y emocional.
Y en el caso de los smartphones, además de aplicar muchas de las recomendaciones ya citadas, se pueden aplicar otras más específicas. Por ejemplo:
- Hacer un uso razonable para no tener que cargarlo todos los días y hacerlo cuando esté por debajo del 20% de la batería, no antes
- Adoptar la opción de brillo automático para que la pantalla se adapta a la iluminación del entorno
- Borrar las imágenes y vídeos no de la galería sino de la carpeta Enviados de WhatsApp, pues generan copias que ocupan espacio y energía
- También es bueno eliminar la caché (término que en informática refiere la memoria interna que guarda datos para que las solicitudes futuras de los mismos se puedan atender con mayor rapidez) y en parte se puede hacer por cada una de las aplicaciones: en el menú del móvil hay que ir a Ajustes/Aplicaciones/Administrar aplicaciones, seleccionar la que queramos y después la opción Limpiar datos/Limpiar caché. Además, hay teléfonos que tienen sus propios limpiadores generales y también es conveniente usarlos.
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