La enfermedad cardiaca más común es la que afecta a las arterias coronarias. Cuando las arterias que suministran sangre al músculo cardiaco se obstruyen o se estrechan por la acumulación de colesterol o de otros materiales que se acumulan en las paredes de la arteria, dejan de suministrar sangre y oxigeno al corazón. Esto produce un dolor en el pecho, característico del infarto o la angina, si no se coge a tiempo, el daño puede ser letal.

Por lo tanto, si se acumulan grasas en las arterias coronarias (aterosclerosis), se produce un estrechamiento (estenosis) que impide que la sangre fluya. Lo que provocar una angina de pecho o un infarto de miocardio.  Cuando el estrechamiento es grave, no llega oxigeno al musculo cardiaco y deja de ejercer su función: latir. Si esto ocurre, el tratamiento más normal es la colocación de un stent. El stent es un dispositivo metálico, con forma de muelle, que se coloca dentro de la arteria y ayuda a corregir el estrechamiento que se ha producido en ella.

Es importante mantener los niveles de colesterol bajos ya que, si son elevados, el colesterol se puede adherir a las paredes arteriales y obstruirlas

Su objetivo es abrir el interior del vaso sanguíneo que se ha obstruido y no deja pasar la sangre suficiente para que ésta fluya de manera normal.

Una vez implantado el stent, el paciente debe seguir unas pautas de medicación y de estilo de vida. Hay que tener en cuenta que es un elemento extraño para el cuerpo y que, de forma natural, éste tendera a rechazarlo. Para evitar este rechazo, sobre todo los primeros meses de colocación, el cardiólogo pautará una medicación con antiagregantes; fármacos que actúan modificando la coagulación de la sangre y evitan la formación de trombos o coágulos en el interior de las arterias.  

Según la edad del paciente, el riesgo de sangrado, si es diabético o toma otros fármacos anticoagulantes, el especialista valorará el tiempo que debe seguir con el tratamiento.

También es importante mantener los niveles de colesterol bajos ya que, si son elevados, el colesterol se puede adherir a las paredes arteriales y obstruirlas. “Los pilares del tratamiento de la cardiopatía isquémica tras el implante del stent son los antiagregantes y las estatinas que controlan el nivel de colesterol en sangre. Los tratamientos dependerán de factores como la tensión arterial, la diabetes, la función ventricular o la presencia de arritmias y según las necesidades de cada paciente, se irán añadiendo al tratamiento”, explica el doctor Daniele Gemma, especialista en Cardiología del Departamento de Hemodinámica del Hospital La Luz Quirónsalud.

Recuperar la normalidad

Después de sufrir un episodio cardiaco como una angina de pecho o un infarto de miocardio, una de las mayores preocupaciones del paciente es recuperar la normalidad en su vida diaria. Hace algunos años, tan solo 3 de cada diez pacientes que padecía un infarto  volvía a trabajar. Hoy, la tasa de incorporación a la vida laboral ha mejorado notablemente.

Se debe seguir el tratamiento prescrito por el cardiólogo tras el alta y, entre otras recomendaciones, dejar de fumar y reducir el estrés

Esto es debido, fundamentalmente, al implante precoz de los stents en casos graves, por lo que se reduce la lesión cardiaca y las complicaciones como arritmias o insuficiencias cardiacas, que se pudieran sufrir a largo plazo. Claro que, para considerar una baja laboral tras la colocación de un stent, hay que tener en cuenta el tipo de trabajo que realiza el paciente y la fortaleza de su corazón.

Es importante tener en cuenta que el stent coronario no cura la aterosclerosis. Por eso, para una buena recuperación tras su colocación, mantener un corazón sano y evitar el estrechamiento de las arterias, hay que mantener un estilo de vida saludable.

Así pues, se debe seguir el tratamiento prescrito por el cardiólogo tras el alta, dejar de fumar, si el paciente es fumador, claro; reducir el estrés, mantener una dieta saludable, evitando alimentos con grasas saturadas y azúcares y evitar el sedentarismo. Practicar ejercicio físico moderado, y sobre todo aeróbico, es fundamental ya que el deporte ayuda a controlar los niveles de colesterol y glucosa en sangre. Eso sí, solo el especialista será quien decida cuándo es el momento para realizar esta actividad y la intensidad con que se debe llevar a cabo.

 Una de las preguntas que se hace un paciente tras la colocación de un stent, es cuánto tiempo dura el implante. “Los stents no tienen fecha de caducidad, por lo tanto, no hay que cambiarlos. La idea es que el implante sea de por vida, aunque siempre existe el riesgo de que se vaya ocluyendo”, indica el doctor Gemma.

Claro que con los fármacos que se utilizan hoy en día y los adelantos en los stents de última generación, la tasa de una nueva obstrucción es mínima. Pero, a pesar de esto, la duración de este implante no está determinada, ya que depende mucho de la reacción que se produce en el cuerpo, ante la presencia de un cuerpo  extraño; por el tipo de alimentación que lleva el paciente, su estilo de vida y por supuesto, su historial médico.

A pesar de todo esto, en el caso de que un stent se obstruyera, “no se retiraría, se volvería a realizar un nuevo cateterismo para dilatar el stent o, si fuese necesario, se podría implantar otro dentro del previo” asegura el doctor Daniele Gemma.

“Los stents no tienen fecha de caducidad, por lo tanto, no hay que cambiarlos

Gracias a la colocación de un stent, muchos pacientes con enfermedades cardiacas han mejorado su calidad de vida, pero es necesario seguir un control con el cardiólogo, mantener la medicación pautada por el especialista, cambiar el estilo de vida y llevar una actividad física diaria para que la vida continúe.