Técnicos sin la cualificación exigida hacían revisiones de seguridad obligatorias. El escándalo ha llevado a la marca ha paralizar la producción en Japón durante casi dos semanas, desde el 20 de octubre hasta el martes 7 de noviembre, lo que ha tenido un impacto negativo en las cuentas de su primer semestre fiscal (entre abril y septiembre). Así, el beneficio operativo de Nissan ha caído un 13,2%, hasta los 2.135 millones de euros (281.800 millones de yenes), mientras su facturación ha aumentado un 8,1%, hasta alcanzar los 42.830 millones de euros (5.652 billones de yenes). Junto al parón, el fabricante también ha hecho frente a los gastos derivados de las revisiones en Estados Unidos por los airbags defectuosos de la marca japonesa Takata. Sin estos gastos extraordinarios, Nissan habría logrado alcanzar el beneficio previsto de 2.444 millones de euros. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com