El mundo okupa no es un fenómeno que sólo afecta a España, la caradura y la impunidad de estos molestos ocupantes también ha llegado a Estados Unidos, en concreto a Nueva York, donde una mujer ha sido detenida al cambiar la cerradura de su casa para echar a los okupas de su vivienda. 

Adele Andaloro es propietaria de una casa de un millón de dólares en Flushing, Queens, que heredó de sus padres. En una visita a la propiedad, Andaloro encontró en el interior a dos hombres que decían ser inquilinos, la mujer lo negó y los individuos llamaron a la policía. Andaloro por su parte supuestamente llamó a un cerrajero para cambiar la cerradura.

Cuando llegaron los agentes, pidieron a los hombres que demostraran ser inquilinos, para lo cual mostraron facturas de haber realizado trabajos en la casa y aseguraron haberse mudado con la ayuda de un agente inmobiliario. 

Si bien Andaloro tenía la escritura de propiedad en mano, terminó arrestada por los agentes por desalojo ilegal. En Nueva York es ilegal que un propietario corte los servicios públicos, cambie cerraduras o retire las pertenencias de alguien que dice ser inquilino, asimismo, en la gran manzana se tarda una media de 20 meses en resolver este tipo de disputas, dejando completamente desprotegido al propietario. 

Y es que como Ignacio Aguirre ha analizado en más de una ocasión en Hispanidad, la inseguridad en las calles de ciudades y estados gobernados por demócratas va en aumento día tras día. Desde que Black Lives Matter tomara el control del partido, muchas ciudades retiraron fondos a la policía, haciendo que las calles se convirtieran en intransitables por los elevados actos de violencia. Una de las ciudades que más lo ha sufrido ha sido Nueva York. Es más, la Gran Manzana históricamente siempre ha tenido altos índices de criminalidad, tendencia que bajó cuando el republicano Rudy Giuliani asumió la alcaldía entre 1994 y 2002, 'limpiando' la ciudad de criminales gracias a su Ley 'Stop and Frisk', que daba amplios poderes a las fuerzas del orden.