Con Chivite comenzó la etapa vil del Sanchismo: apoyar y ceder ante todos los enemigos de España para gobernar España
Me dicen que María Chivite no puede aparecer por su pueblo, Cintruénigo, para que no le tiren tomates. Hombre, no creo. A estas alturas, los navarros ya han perdido la batalla, sobre todo la batalla del ánimo, contra los berzas de los abertzales.
Chivite es uno esos navarros, me temo que no una excepción, que sufren síndrome de Estocolmo frente a los vascos. Llevan décadas sin levantar la voz y se han marchado de Navarra, hartos de lo que estaba ocurriendo en su propia tierra. Por eso no hablan, no votan y por eso los nacionalistas vascos han ganado la calle.
Ahora bien, como quien no tiene conciencia posee, al menos, estómago, conviene recordar que fue Chivite la que se ha rendido a los vascos a cambio de mantenerse en el poder con su apoyo, que no con su entusiasmo. Recuerdan la soberbia vasca que denunciaba Ortega y Gasset. El PNV y los proetarras vascos siempre hacen lo mismos: fuertes con el débil y débiles con el fuerte.
Los proetarras han encontrado en la cobardona de la socialista Chivite su mejor obra. Y los navarros, domeñados hoy por los vascos, que no protestan: han vuelto a votar a Chivite
Los proetarras han encontrado en la cobardona de la socialista Chivite su mejor obra. Y los navarros, domeñados hoy por los vascos, que no protestan: han vuelto a votar a Chivite.
Digo todo esto porque María Chivite ha despedido a la Guardia Civil de Navarra cumpliendo de modo borreguil una de las exigencias de sus ensoberbecidos socios de legislatura. Chivite ha calificado de "histórico" el abandono de la Guardia Civil de la tierra foral. Precisamente, el cuerpo más odiado por los abertzales, el que mejor representa a su odiada España y el más odiado por los nacionalistas. Ya saben: "que se vayan de una puta vez". Ahora Chivite ha corrido a cumplir el deseo de los proetarras.
Una mujer valiente.
No olviden que con la socialista Chivite comenzó la etapa vil de Sanchismo: apoyar y ceder ante todos los enemigos de España para gobernar España. Navarra fue el primer caso. A partir de ahí, Sánchez imitó a Chivite, no al revés.