A la izquierda nunca le ha gustado la prensa libre. Lean lo que los Rufián, Echenique, Errejón y compañía le han soltado al periodista Javier Negre.

Ahora bien, los peores son los socialistas y, pasando de lo general a lo particular, doña Isabel Rodríguez, la ministra portavoz del Gobierno, que a muchos periodistas que siguen Moncloa les hace recordar con nostalgia a una de las mentirosa más elegantes del Gobierno: Marisú Montero

Isabel Rodríguez ha reducido a siete el número de periodistas que pueden hablar en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de ministros. Nunca da la palabra a los que siguen la rueda de prensa en la distancia y además hay una serie de medios que repiten una y otra vez como elegidos de doña Isabel mientras otros no se han estrenado. Por ejemplo, Hispanidad.

Son pocos los que preguntan y a ninguno le responde. Rodríguez se conforma con una serie de muletillas, como la del máximo respeto del Gobierno a las decisiones judiciales y se queda tan ancha. 

Pero hay más: la referencia del Consejo de ministros, que antes se publicaba poco después de terminada la rueda de prensa ahora tarda horas. De esta forma, entre lo poco que cuentan los ministros y las horas que transcurren hasta que se publica el texto en la web de Moncloa, te llevas unas sorpresas curiosas.

Además, Moncloa intenta reducir el número de periodista acreditados mediante todo tipo de trampas. En último extremo, se trata de que el gran líder no tenga problemas con ningún tipo de periodista díscolo. Los medios digitales independientes son los más perseguidos por doña Isabel. 

En paralelo, Pedro Sánchez ya habla por plasma. Ni tan siquiera se digna admitir preguntas, que siempre resultan de lo más molesto si no están convenientemente diseñadas. 

Y lo más preocupante es la inacción de los medios tradicionales, cada día más domesticados, así como de las asociaciones profesionales.