Inteligencia, sin merecerla dada,
sí buscada, solicitada.
Sin conocer, entendiendo
la luz depositada.
Cual águila ascendiendo
hacia alturas no buscadas.
Cuanto más alto es el vuelo
y más larga la distancia,
más mísera y pequeña,
se siente el alma arrebatada.
Llena de conocimiento,
más y más iluminada
por el Don inmerecido.
Con él a su amada engalanó,
por el amor correspondido.
*Del poemario: Los Dones y los Frutos (Ed. Letra Grande 2017)










