Sr. Director:

Nuestro benemérito Seminario Asturiano, semillero de sacerdotes, celebra hoy la fiesta de su Padre y Patrono San José, a cuyo conocimiento y devoción el Papa Francisco ha dedicado todo un año con motivo de los 150 años de la declaración como patrón de la Iglesia Universal.  Es San José el especial protector de los que aspiran a ser  guardianes de la fe de las comunidades católicas, los futuros sacerdotes, los seminaristas. Esta festividad es una ocasión privilegiada como reconocen los obispos españoles para dar gracias por las vacaciones al sacerdocio, especialmente en estos duros y oscuros tiempos en los que los sacerdotes son víctimas de satánicas campañas contra sus personas y su vocación de servicio.

El número  de aspirantes al sacerdocio  en España  ha disminuido progresivamente, lejos los tiempos en los que los seminarios tanto mayores  como menores, rebosaban en aspirantes al sacerdocio, en ellos se  han formado  cientos de jóvenes españoles que aunque no llegaron a la meta del sacerdocio, han ocupado puestos importantes en la enseñanza, medicina y medios de comunicación, especialmente el periodismo  escrito y radiofónico. Hoy en España  son 1.028 los jóvenes que aspiran con mucho sacrificio y dedicación al sacerdocio. Este año en los duros tiempo de la Covid-19 han ingresado 218 seminaristas, número muy importante aunque insuficiente para atender a las muchas necesidades de los fieles , especialmente en los pueblos más pequeños, en donde llegan con mucho dificultad dificultad  por la escasez  sacerdotes. El lema del seminario de este año es muy expresivo, Sacerdotes al servicio de una iglesia en camino, por eso los seminaristas se preparar para lo que el Papa Francisco llama salida  a las periferias de los pueblos y de las ciudades, con un servicio discreto y silencioso pero muy efectivo, como fue el de San José el padre legal de Jesús  silencioso y comprometido, en proteger a Jesús y a su Madre Virginal en los duros tiempos de la persecución de Herodes y de la emigración a Egipto. Los sacerdotes como dice el papa Francisco sostienen la esperanza de los fieles a ellos encomendados en tiempos de duda e increencia.