Sr. Director:
Ya se conoce a Sánchez como al “presidente de la muerte”. Y es que lo primero que ha hecho nada más llegar al poder ha sido centrarse en sacar la ley de la eutanasia adelante. Eso, además de querer desenterrar a un muerto que no hacía daño a nadie en su tumba; pero esa es otra historia.
Hoy he leído un artículo en “Religión en libertad” que me gustaría compartir con usted, pues enumera nada más y nada menos que los ocho peligros de legalizar la eutanasia y que citan, analizando los casos de los países donde ya es legal, información muy útil ahora para el caso español. Dichos apartados vienen a ser los siguientes:
Pero, aún con esas, habrá quien se obceque en negar lo innegable para afirmar que la eutanasia es un derecho. Comienza así el gobierno mortal de Sánchez.