Sr. Director:
Estamos de suerte. Pues además de que dicen que tenemos la generación de jóvenes mejor preparada de nuestra historia, hemos descubierto que también contamos con tropecientos mil españoles (y españolas) expertos en análisis al minuto de procelosas resoluciones judiciales. ¡Y sin necesidad de conocimientos jurídicos previos! Ello explica que, apenas conocida la condena a nueve años de prisión a los tipejos esos de «la Manada», aflorasen multitudes de opiniones vociferantes rechazando una sentencia de 370 folios, sin necesidad siquiera de leérsela.
El hecho de que tantísimos ayunos de formación y conocimientos legales gocen de ciencia jurídica infusa es signo de riqueza de un pueblo avanzado y progresista. ¿A qué ha venido tanto debate superfluo sobre el video, los hechos que sucedieron y si se probaron o no, o sobre leyes penales aplicables y otras minucias? Pero ¡si hasta el ministro de Justicia nos ha señalado el camino a seguir: apartar a los jueces que a su criterio padezcan «algún problema singular»! ¿Qué sabrán los jueces patriarcales de justicia «populá»? ¡Con lo emotivo que era aquello tan resolutivo de los añorados tribunales populares!