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Sr. Director:
El título de este escrito no es cosa mía, la pronuncio el psiquiatra santanderino Doctor Morales, el cual había sido designado por el Obispado de Santander, para formar parte de una comisión, la cual según dijo el doctor nunca existió, para estudiar los fenómenos sobrenaturales que se producían en las Apariciones de la Virgen en Garabandal. La persona ha sido hecha por Dios a su imagen y semejanza, es decir espiritual. La vaciedad que experimentamos todos los seres humanos, solo se puede llenar con lo espiritual, solo lo material no satisface ese ansía que sentimos de vernos gozosos y alegres satisfechos con nosotros mismos. Como esa espiritualidad que colma nuestros deseos, no lo encuentran en muchos lugares de la Iglesia Católica, en la cual actualmente el tema prioritario son los pobres, los inmigrantes, las víctimas de la pandemia, etc. Millones y millones de personas acuden a Lourdes, a Fátima, y a otros muchos lugares buscando eso que llene su vaciedad interior. Esa mundanidad en la Iglesia Católica, tiene un efecto nefasto, por que solo la Gracia Santificante que llamamos, que es una participación de la Vida Divina, puede cambiar totalmente nuestras vidas. Si el profesor no sabe la lección ¿Qué va a enseñar a sus alumnos?
La juventud actual que ha sido criada y educada en estos valores meramente humanos, es la mayor víctima de esta situación, y con motivo de la pandemia del coronavirus lo estamos viendo, y como no han recibido ningún valor espiritual ni religioso, buscan en el botellón, en la droga, en el sexo, etc. algo que llene ese vacío existencial que padecen. Esta sociedad no solo tiene Hambre de Dios, padece una hambruna generalizada que solo Dios, al cual hemos retirado, la puede saciar. Dice Cristo: “El que como mi carne y bebe mi sangre, mora en Mi y yo en el.” Y solo en la práctica de ese banquete espiritual,. saciaremos nuestra hambre de felicidad, gozo, alegría, esperanza, amor, etc. “Dad gratis lo que habéis recibido gratis.”