Una ordenanza municipal de Montcada i Reixac de julio de 2007 que supuestamente trata de ordenar el crecimiento del municipio señala que las iglesias deben estar al menos a 400 metros del bar más cercano. O sea, lejos de la civilización, que no molesten, que no apelen a la conciencia moral y trascendente de los ciudadanos. Sin campanarios que despierten el sentido religioso. Sin duda el consistorio no ha entendido la sabia afirmación de Chesterton sobre la civilización cristiana: "escuela, iglesia y taberna", aunque desde su juventud no volvió a frecuentar la primera. Juntas, aunque no revueltas.
La ordenanza dice basarse en el artículo 16 de la Constitución española sobre libertad religiosa. Pero nuestra Carta Magna configura nuestro país como aconfesional. Es decir, no toma partido por ninguna confesión, aunque se auto-obliga a colaborar con todas en pro del interés general, especialmente con la Iglesia católica, por motivos históricos.
Pues bien, en el municipio barcelonés de Montcada i Reixac parecen no haberlo entendido suficientemente. Una ordenanza de julio de 2007 establece que los edificios religiosos deben de estar a 400 metros de "cualquier otra actividad regida por la Ley 10/1990 de 15 de junio. Es decir, bares, restaurantes y cafeterías. Y esto, ¿por qué? La ordenanza sólo explica que se trata de ordenar correctamente el crecimiento del municipio. Pero, ¿sería un crecimiento desordenado que una Iglesia se ubicase cerca de un bar? ¿No se trata más bien de tener controladas las actividades religiosas enviándolas a las afueras de la ciudad como en su día se hizo con la Ciudad Universitaria de Madrid?
Además, los nuevos templos deben de tener acceso a pie por la vía y deben tener una altura mínima de 3,20 metros. Además, entre cada templo habrá una distancia mínima de 150 metros y será obligatorio de disponer de un parking reglado de al menos una plaza por cada cinco personas de capacidad. La ordenanza también regula las condiciones de ventilación, protección contra incendios, el acceso para discapacitados y la insonorización, no vaya a ser que contagie la vida ordinaria del consistorio.
Y por si fuera poco, los nuevos templos de Montcada i Reixac deberán contar con un baño para hombres y otro para mujeres, separados por un vestíbulo y con capacidad para cerrarse por dentro. Los baños de las mujeres deberán contar con el correspondiente cubito cerrado, que el alcalde ha pensado en todo. ¿Qué pasa sin embargo con los baños para el tercer sexo o para los que se sienten indeterminados? Lo de siempre: el alcalde se baja los pantalones ante el poder religioso.
Eso sí, el consistorio se reserva el derecho para otorgar una licencia que tendrá un plazo máximo de 5 años, no vaya a ser que los curas se nos desmanden. Pasado ese tiempo se deberá renovar la licencia y ¡ay! de aquel que no haga campaña por el alcalde. Luis Losada Pescador