Sr. Director:
Esta España que se muere de puro viejita ya no acoge la risa de los niños con la ilusión de una gran casa para todos.

España ya no es mi patria, no la reconozco en su ansia de muerte, en la rapiña de los peores sobre los mejores. ¿Qué optimismo nos vende Zapatero? ¿El de la mujer de vientre vaciado? ¿El del abuelo en su último estertor inducido por Montes? ¿El de la protección de la tubería de desagüe que tendrá derecho a no ser escudriñada por la Benemérita en busca de ADN humano?

¿Por qué vamos a estar optimistas en una sociedad en la que llegas a trompicones e irás a empujones? Sólo hay una fuente de esperanza... 2 ó 3 personas, las minorías egregias de Ortega que le den la vuelta a esto como un calcetín. (Mariano... despierta... no eres tú, súbete a la bicicleta y adiós).

Alvaro Salterio

ARAMUNTIS@terra.com