Los hermanos Cisneros fracasaron el día en el que decidieron crear una televisión Panamericana, que pudiera verse en toda Hispanoamérica (los brasileños entienden el español, aunque los hispanos no entendamos el portugués), desde Río Grande hasta Tierra de Fuego. Lo querían hacer, utilizando como plataformas sus posiciones en Venevisión (Venezuela) y Univisión (Estados Unidos), la empresa de la que es consejero Juan Villalonga, aunque en esta última los Cisneros sólo tienen un pequeño paquete, y quien controla es A. Jerrold Perenchio.  

Los Cisneros se hundieron con su proyecto panhispano, al igual que le ocurrió al mismísimo "Tigre" Emilio Azcárraga, quien pretendió idéntico objetivo desde México. Y es que la televisión mexicana no gusta en la Argentina y viceversa. *Falta por encontrar el común denominador de lo hispano, que es la fe católica y el idioma castellano, y una visión de la vida donde la felicidad puede ser enemiga de la eficiencia, y donde la economía se entiende como producción y no como financiación. 

En cualquier caso los Cisneros han entrado, al igual que los otros tres grandes canales venezolanos, en una lucha a muerte con Hugo Chávez, más que nada porque los Cisneros son capitalistas sin ideario, con vocación de aristócratas de las finanzas y sin principio alguno, mientras Hugo Chávez es un tirano de opereta, de tintes castristas. Y, es muy posible que, si no derriban a Chávez, los Cisneros vayan a la quiebra.

Por tanto, y a pesar de lo que se ha comentado, los Cisneros no pueden aspirar a hacerse con Admira, el grupo mediático de Telefónica. Los amigos de Felipe González y del PSOE más corrupto (el de la privatización de Galerías Preciados) no gustan a José María Aznar. Pero es que, además, no tienen dinero.