Luxemburgo sigue siendo paraíso fiscal a pesar de ser Estado miembro

Tiene gracia esto de que a estas alturas hayamos descubierto que Lienchestein es un paraíso fiscal. La frontera del diminuto estado europeo es inexistente. Nadie te para o supervisa en la frontera. Se entra y se sale como si entraras o salieras en un pueblo cualquiera. Eso facilita que cualquiera con liquidez se monte en el coche y acabe en una sucursal del principado sin que nadie le dé el alto.

Es lo que han hecho -y hacen- miles de alemanes. Pero ahora la Hacienda alemana ha decidido tomar cartas en el asunto e iniciar una investigación con luz y taquífragos y famosos incluidos. Algo así como lo de Lola Flores en España. Lienchestein se hace la víctima y dice sentirse atacada y Alemania urge a Linechestein a que ataje el fraude fiscal.

A ver si nos entendemos: Lienchestein no existiría si no fuera paraíso fiscal. Los países europeos (principalmente Alemania y Austria) respetaron su existencia para convertirlo en el paraíso fiscal doméstico. Lo mismo ocurre con Mónaco, Andorra e incluso con Luxemburgo, que además es Estado miembro. Y desde luego, con Suiza. Todos estos países no tienen más actividad que la financiera. No hay industria ni servicios. Lienchestein es una gran oficina bancaria. Todo el mundo lo sabe. Y todo el mundo lo tolera. ¿Por qué rasgarse las vestiduras ahora? Por cierto, ¿tiene fecha Luxemburgo para dejar de ser paraíso fiscal?