Razones para felicitar a Sarah Palin
No, no puedo felicitar (en sección cartas ver "Acerca de Sarah Palin") a Sarah Palin por ser partidaria de la pena de muerte, tampoco bajo el argumento de que, de esta forma, el asesino o violador no podrá volver a cometer sus crímenes. En primer lugar, porque en la cárcel es difícil que lo cometa; en segundo lugar, porque, ya antes de que el catecismo de Juan Pablo II cuasi proscribiera de hecho la pena capital, siempre he creído en el tolkiniano argumento de que "Si no puede ofrecer la vida no te apresures a otorgar la muerte". Y resulta que no, que no puedo crear vida, sólo muerte.Ahora bien, lo que no estoy dispuesto es a aceptar esa equidistancia entre aborto y pena de muerte que pretende establecer la progresía. Porque no es verdad. El aborto siempre supone la muerte de un inocente y de un indefenso -del más inocente y el más indefenso de los hombres-. Es, por tanto, mil veces más cruel e injusto que la pena capital. Y tiene bemoles que -ahora mismo, por ejemplo, con la irrupción de Palin- se establezca esa equidistancia precisamente por los aborteros. Peor: porque los que interesadamente utilizan el parangón consideran que el aborto es un derecho mientras la ejecución de un adulto, juzgado por un Tribunal, una barbarie.
Recuerden siempre que el infanticidio es mucho más que el aborto: es toda una filosofía de vida, la mejor forma de definir a cualquier personaje público. Obama no sólo es un abortista, sino alguien a quien realmente le gusta la muerte. Si no, no intentaría convertir una sentencia del Tribunal Supremo en una ley federal que garantice cualquier tipo de homicidio del no nacido en unos plazos. No quiere despenalizar el aborto: quiere más abortos.
Su compañero Joseph Biden es aún peor: es el incoherente. Como los británicos, que entraron en la Unión Europea porque resulta más eficaz fastidiar desde dentro, Biden se empecina en ser un católico que niega la doctrina católica y a los encargados de custodiarla.
Así que no: entre los cuatro, McCain incluido, un personaje que no me cae especialmente simpático, me quedo con Palin, a pesar de que apoye la pena de muerte. Es mucho más grave lo de los otros tres, especialmente los de los dos candidatos demócratas: abortistas entusiastas.
No, don Francisco (en sección cartas ver "Acerca de Sarah Palin"), no felicitaré a Palin por su apoyo a la guerra de Iraq porque es una guerra injusta, el mayor horror de George Bush. Aunque aquí hay que hacer un distingo: una cosa es repudiar esa guerra -yo la repudio, porque no es una guerra justa- y otra afirmar que Sarah Palin manda a su hijo a asesinar ancianos y niños. ¿De vedad lo cree, don Francisco? No hombre no, ninguna madre haría eso con su primogénito. Además, ¿ser soldado en Irak significa dedicarse a matar ancianos y niños? ¿En serio?
Es más, yo alabo la coherencia hasta en el error. Yo felicito a Sarah Palin porque cree en esa guerra estúpida, y porque estoy seguro que cree en su necesidad con total rectitud de intención. Por eso es capaz de enviar a su propio hijo, porque considera que su hijo está luchando por la libertad en el mundo, algo por lo que vale la pena arriesgar la vida. Sí, felicito a Sarah Palin por ello. Siempre que alguien comete una burrada, me pregunto si saca algún provecho de ello. ¿Saca algún bien la gobernadora de Alaska del hecho de enviar a su hijo a una zona de conflicto grave, donde puede saltar por los aires ante el bombazo de un suicida?
Por lo demás, una de las cosas por las que admiro a Estados Unidos es porque, al parecer, en ese país existe gente dispuesta a dar su vida por sus ideales, aunque se trate de ideales desenfocados. Europa, por contra, lleva medio siglo dejando que Norteamérica le saque las castañas del fuego. Los muertos los pone USA.
Ahora bien, en efecto, me atengo a la genial intuición de Juan Pablo II, quien hizo responsable al mismísimo George Bush, ante Dios y ante la historia, de una guerra sin sentido, especialmente de una guerra injusta, de ataque, no de legítima defensa.
Una guerra, ya vemos el resultado, que ha impuesto la teoría de matar moscas a cañonazos, de emplear a los ejércitos en la llamada III guerra mundial contra el terrorismo, sin reparar en que el terrorista es un cobarde que se esconde detrás de los civiles, que no se muestra, y que utiliza la sociedad para asesinar, para golpear y volver a ocultarse, que usufructa los callejones de la ley y de la democracia para asentar su impunidad.
Respecto a la posesión de armas ya he dicho todo lo que se me ocurre. A mí no me gusta, pero entiendo el argumento de aquellos a quienes le gusta.
Y respecto a extraer petróleo de Alaska, mire usted don Francisco, lo primero es conseguir energía barata, luego nos preocuparemos de que sea limpia. El progreso es un enchufe, es disponibilidad de energía, y, para progresar, los menesterosos necesitan energía barata. Una vez conseguida nos preocuparemos de que también sea verde. Y no lo dude, si confiamos en el genio humano -ese es el problema del progresismo: que no cree en el hombre- haremos energía barata, y además sostenible. Pero por ese orden. Un detalle: hoy en día, la extracción de petróleo en aguas profundas es tan segura como en el desierto. Con las debidas condiciones, Alaska puede extraer petróleo y continuar siendo una reserva natural para la humanidad. "Condiciones debidas" significa que no cunde la corrupción, y, por lo que leo, Sarah Palin ha sido un azote de corruptos. Se ve que es madre de familia numerosa, y cuando tienes cinco hijos que mantener no te gusta que un listillo, aunque sea de tu mismo partido, robe lo que tanto te cuesta ganar.
¿Que Palin no tiene experiencia? Pero si está diplomada en varios 'master'. Un ama de casa es lo que los alemanes llaman un generalista: sabe un poco de todo, educa a sus hijos en todas las materias, sabe llevar una casa, algo más complejo que llevar una empresa o un Gobierno. Sí, Sarah Palin ha sido un acierto. Se que McCain le ha nombrado para ganarse a los provida y, permítanme decirlo así, a la gente honrada y coherente. Pero eso es lo curioso del bien: le dejas un terrenillo ínfimo donde crecer y luego se contagia al resto del predio. A fin de cuentas, las madres de familia numerosa son las únicas heroínas que nos quedan en un mundo gris y prosaico, aficionado a la producción en serie, como el mundo del siglo XXI.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com