La futura Santa Pelagia empezó como una hermosísima bailarina que cubría su cuerpo con sólo algunos collares. Nació en Antioquía y el año 456 tuvo ocasión de oír a Nono, el Obispo de Edessa, hablando de las postrimerías. Pelagia pensó que necesariamente ella también había de morir y que se enfrentaba a la vida eterna. Se convirtió, pidió el bautismo e hizo penitencia. Murió en el Monte de los Olivos de Jerusalén.
Tais, aunque de educación cristiana, como tantos y tantos cristianos a lo largo de la historia, no vivía de acuerdo con sus creencias. De hecho, era una meretriz de lujo. San Pafnucio marchó a Alejandría para hablar con Tais. El tema sobre el que dialogaron fue como en el caso de Santa Pelagia, el de las postrimerías. Tais al igual que Pelagia se convierte y hace penitencia durante tres años, al cabo de lo cuales, el 348, muere. Se le considera Patrona de Alejandría.
El pensamiento de que necesariamente hay que morir y encontrarse con un Dios remunerador que no puede dejar de premiar las buenas acciones, y tampoco puede dejar sin castigo esas injusticias que claman al cielo, cometidas por hombres que no se arrepienten de ellas, ha ayudado a mejorar la vida de muchos cristianos.
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar
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Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de
Pilar Riestra