Torre sabadell
De momento, TSB no está resultando la perita en dulce que se prometía cuando decidieron su compra. Los presupuestos se realizaron bajo una situación de normalidad que propiciaba la estabilidad de la Libra y con unos ingresos que el actual cambio de la moneda británica está quebrando.
Pero vamos a ver datos concretos, el margen de intereses se ha situado en 911,5M€ cifra inferior en un 5,3% a la registrada en el 2017, solo Sabadell habría descendido un 6,3% y TSB un 2,7%, las comisiones han mantenido un buen pulso con un incremento del 6%, pero los resultados por operaciones financieras han supuesto 130,5M€ menos que en 2017 (-37%), así el margen bruto ha cerrado con 144,9M€ menos que en el ejercicio anterior, de los que 132 corresponden al Sabadell.
La política de contención de gastos y los ajustes de plantilla, 356 empleados menos que en 2017 y 293 oficinas cerradas, han mantenido los gastos de personal con ligeros descensos del 1,4%, pero los gastos de administración, en especial la repercusión del retraso incomprensible de la integración tecnológica del TSB, están repercutiendo con un 24% de incremento en los de este primer trimestre comparados con los de 2017 (+70,4M€), así el margen neto ha cerrado en trimestre en 615,1M€ un 24,2% inferior al año anterior. El margen de TSB continúa siendo negativo (-33,9M) a pesar de una ligera mejoría.
Parece bien preparado para el 2019, el año de los recursos propios
La cuenta del trimestre se ha salvado gracias a las provisiones y dotaciones que por lo que se refiere a las de insolvencias han disminuido en 192,4M€ (-49,5%) y otros deterioros en 71,8M€. La política de sacar de balance los activos problemáticos para evitar la repercusión de la nueva normativa sobre los activos irregulares, ha supuesto la disminución en 3.189M€ el saldo de estos activos en el último año, en el trimestre la cifra ha sido de 251M€ con una cobertura del 56,6% y una ratio de morosidad del 5,14%, amén de lograr que el resultado antes de impuestos del trimestre haya sido de 369,7M€, un 19,7% más que en marzo de 2017, de los que 426,5M corresponden a Banc Sabadell que en términos porcentuales es un 51,3% más que en 2017.
Por lo que se refiere a cifras de balance, la inversión crediticia bruta se mantiene en cifras de 137.246M€ con un crecimiento de un 1,5% interanual siendo solo un 0,3% el crecimiento del Sabadell. Los recursos de clientes en balance registran un crecimiento del 2,4% en el grupo y sin el TSB del 3%, pero donde realmente se ha producido un importante repunte ha sido en los recursos fuera de balance con un crecimiento del 10,8%.
Por lo que se refiere a ratios, el LTD ha bajado al 102,9%, los de capital CET1 Fully Loaded 12,0% y ratio total de capital 15,2%., en línea con los de cierre de ejercicio de 2017.
En estos días la agencia &P ha subido la calificación de la entidad a largo plazo a BBB desde BBB- y a corto a A-2 desde A-3.
Tal como pensamos algunos en las fechas que Banc Sabadell compró TSB, que la entidad estaba entrando en una difícil encrucijada por un crecimiento exterior que quizás no merecía la pena tanto esfuerzo financiero y organizativo, parece que por desgracia se está cumpliendo, y a las incertidumbres del Brexit se están uniendo los problemas de integración tecnológica que ya le han supuesto un apercibimiento del regulador británico.
El otro problema, el interno con la situación catalana, con la boca pequeña están pidiendo un govern de forma inmediata, pero son conscientes que desde la aplicación del artículo 155 de la constitución solo los hiperventilados independentistas lo han encontrado a faltar y menos los responsables financieros.