• Ana Pastor se lo cargó, pero puede revitalizarse con un nuevo ministro. Catalá tiene todas las papeletas.
  • Se alega que la Marca España sufriría si no se arregla el problema de las radiales: no vendrían inversores.
  • Al mismo tiempo, se trata de salvaguardar la colaboración público-privada en infraestructuras.
  • Pero la firma del acuerdo tiene un pro (el tráfico está subiendo) y un contra (la banca está bajando).
Parece que el problema de las radiales está más cerca, por fin, de tener una solución y dejar de ser una asignatura pendiente de Fomento. Y es que hay un preacuerdo para volver al pacto entre las concesionarias, la banca y la Administración que se cargó Ana Pastor con su cabezonería y un poco de demagogia. Recuerden que la exministra de Fomento y actual presidenta del Congreso ideó un plan de salvamento para las nueve radiales en quiebra por el cual las concesionarias perdían el capital invertido, la banca financiadora renunciaba a una quita del 50% y el Estado pagaba el otro 50% (unos 5.000 millones) con un tipo de interés a 30 años. Pero la banca no aceptó del todo las condiciones (a pesar de ser buenas financieramente hablando) y pidió mejoras, como la bajada del tipo, y Pastor se negó, aliñando su cabezonería con cierta demagogia, al señalar que los españoles no tendrían que pagar ni un euro a concesionarias y banca. Claro que la ruptura del plan supuso que las radiales entraran en liquidación y por tanto, que entrara en escena la famosa Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), compensación que el Gobierno, es decir, los contribuyentes, pagan a las concesionarias al pasar a hacerse cargo de la infraestructura. Volvamos al presente y al preacuerdo para volver a revitalizar el pacto. Hay optimismo porque a primeros de mes, dos radiales (la R3 y la R5) tenían que entrar en liquidación, pero el juez dio un aplazamiento de nueve meses, tal y como solicitaba Fomento. El pacto que se cargó Pastor, puede ahora revitalizarse con un nuevo ministro, tras la formación del nuevo Gobierno. Rafael Catalá, actual ministro de Justicia y de Fomento en funciones, tiene todas las papeletas de hacerse con el puesto. Y es que no es un desconocido para el Departamento: hasta septiembre de 2014 fue secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda. Es importante resolver el problema de las radiales porque de no ser así se alega que la Marca España sufriría. No sería una buena publicidad para que vengan los inversores extranjeros. Al mismo tiempo, se trata de salvaguardar la colaboración público-privada en infraestructuras. Estamos en una época donde el Estado no tiene mucho dinero para invertir en ellas y hacerlas. Por eso saca las infraestructuras a concurso y las constructoras se encargan de financiarlas, a cambio el Estado les da la concesión de un peaje. Claro que la firma del acuerdo entre concesionarias, banca y Administración tiene un pro y un contra. Lo bueno es que tras el fin de la crisis, el tráfico en las carreteras está subiendo, incluido el de las de peaje. Pero el principal inconveniente es que la banca está bajando y cada vez está más ahogada por el contexto de bajísimos tipos de interés. Cristina Martín cristina@hispanidad.com