• Así, Renzi podría contar con 10.000 millones de euros adicionales para los próximos Presupuestos.
  • Pero en mayo Bruselas ya le dio un descuento en los compromisos de reducción del déficit del 0,85% del PIB (14.000 millones).
  • Eso sí, la Comisión no actuó gratis: revisó el objetivo de 2017, exigiendo el 1,1% en vez de un 1,8%.
  • El premier italiano no quiere respetar el compromiso, pero fue muy crítico con España, que se desvió 10.000 millones en 2015.
  • Y eso que los jefes de Europa (Francia, Italia y Alemania) han incumplido en once, ocho y cinco ocasiones, respectivamente.
La postura de Italia con el déficit se puede calificar como un tanto chula. En 2015, cumplió con el objetivo pactado (2,6% del PIB), tiene margen para hacerlo este año (2,3%) y ahora le echa un poco más de cara y pide más flexibilidad para 2017. Así, el primer ministro italiano, Matteo Renzi (en la imagen junto al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker), podría contar con 10.000 millones de euros adicionales para los próximos Presupuestos. Un ahorro que podría usar en estimular la economía, la cual  está entre la espada y la pared, pues tiene que recurrir a las privatizaciones para frenar la elevadísima deuda (135% del PIB) y un agujero que podría ascender a 5.000 millones. Pero no es la primera vez que Renzi pide más flexibilidad a la Comisión Europea. El pasado mayo, Bruselas ya le dio un descuento en los compromisos de reducción del déficit del 0,85% del PIB (cerca de 14.000 millones). Además, en una carta dirigida al Gobierno italiano, el vicepresidente de la Comisión, el letón Valdis Dombrovskis, y el comisario de Economía, el francés Pierre Moscovici, subrayaron que "ningún otro país miembro había pedido ni recibido un nivel de flexibilidad similar". Desde luego, España, no. Eso sí, Bruselas no dio ese regalito gratis. Revisó el objetivo de 2017, exigiendo el 1,1% en vez de un 1,8%, y advirtió que necesitaba "un compromiso claro y creíble de que Italia respetase los requisitos del Pacto de Estabilidad" el próximo año. En aquel momento, Roma, faltaría más, se comprometió a respetar las reglas europeas al disponer de tanta flexibilidad presupuestaria. Sin embargo, cinco meses después, el premier italiano se echa para atrás y no quiere respetar el compromiso. Eso sí, fue muy crítico con España, que se desvió 10.000 millones del objetivo en 2015 al cerrar con un déficit del 5,16% en lugar del 4,2% pactado. Y eso a pesar de que los jefes de Europa (Francia, Italia y Alemania) han incumplido en once, ocho y cinco ocasiones el déficit, respectivamente. Vamos que Renzi no es nadie para criticar a España por el desvío. Es más, debería poner todos sus esfuerzos en resolver los problemas de la economía de su país sin tanta benevolencia europea. Cristina Martín cristina@hispanidad.com