• Las principales marcas, sobre todo la multinacional de Atlanta, presionan para evitar un impuesto a las bebidas azucaradas en la UE.
  • Ese tributo especial pretende frenar la obesidad y la diabetes, problemas de salud que cuestan mucho dinero a las arcas públicas.
  • Ya lo aplican países de la UE, como Francia, que va más allá y propone un nuevo impuesto o subir el IVA de los alimentos calóricos.
  • Bruselas lo tendrá difícil por la presión de Coca-Cola en el lobby, que detuvo la tasa en EEUU (sólo existe en algunas ciudades) y la rebajó en Reino Unido.
  • Hay preocupación por la salud, pero también afán recaudatorio: 2.469 millones en México desde 2014 y 400 millones al año en Francia.
En esta ocasión, toca referir la insaciable codicia de los impuestos 'saludables', es decir, los que se imponen aprovechando el miedo de la gente a perder la salud… y últimamente también la figura. Y es que cuando empiezan ya no se detienen, recuerden el impuesto al tabaco. Ante este escenario, la industria de refrescos está 'acongojada' y no duda en presionar para evitar un impuesto a las bebidas azucaradas en la UE. En concreto, se trata de un tributo especial con el fin de luchar contra la obesidad y la diabetes -problemas de salud que cuestan mucho dinero a las arcas públicas-, que las compañías deberán abonar por cada producto que vendan. La industria de refrescos tiene razones para alarmarse, pues la salud es tema delicado y dicho impuesto ya existe en algunos países europeos, como: Bélgica, Hungría y Francia. Precisamente, en el país galo el tributo recauda unos 400 millones de euros al año y la cosa va a más en impuestos 'saludables': propone crear uno nuevo o subir el IVA de los alimentos calóricos (pasando del tipo reducido del 5,5% que tienen todos los productos alimenticios al 20%) para reducir el gasto en salud pública que provoca la obesidad (estimado en unos 20.000 millones de euros). Eso sí, la UE no lo tendrá fácil. El papel activo de Coca-Cola en el lobby logró parar la tasa en EEUU, la cual solo existe en algunas ciudades: Berkeley (California), Chicago y Washington y a partir de enero, también en Filadelfia. La multinacional también consiguió que Reino Unido rebajara su ambicioso impuesto, que en un principio iba a ser de entre el 10% y el 20%, y aún hay tiempo para más cesiones porque entrará en vigor en abril de 2018. Aparte de la preocupación por la salud, estamos hablando de un impuesto y por tanto, hay un claro afán recaudatorio. Por ejemplo: en México, el tributo a las bebidas azucaradas ha recaudado 2.469 millones de euros entre 2014 y julio de este año y en Francia, como ya hemos dicho, aporta unos 400 millones anuales. Cristina Martín cristina@hispanidad.com