El término "nightcrawler" se entiende en EEUU como "merodeadores  nocturnos" o, lo que es lo mismo, la versión televisiva de los paparazzis de prensa. Es decir, personajes reales armados con videocámaras que aparecen rápidamente en cualquier escenario sangriento. Pues bien, esos reporteros especialistas en sucesos luctuosos fueron los que  inspiraron al hasta ahora guionista Dan Gilroy para convertir a uno de esos polémicos profesionales de la imagen en protagonista de su primera película como director. Su opera prima ha sido nominada en el apartado de mejor guión original.

Louis Bloom es un joven asocial, sin escrúpulos, desesperado por encontrar trabajo. Circunstancialmente presencia un brutal accidente de coche que le anima a meterse de lleno en el mundillo del periodismo sensacionalista. Pronto establecerá contacto con la ambiciosa directora de un informativo televisivo de noche, con la que comenzará una relación profesional mediante la cual Bloom, cada día, buscará (a cualquier precio) las imágenes más impactantes. La ocasión de demostrar su "valía" le llegará pronto al llegar al escenario de unos violentos crímenes antes que la propia policía, lo que convertirá sus imágenes cruentas en las más vistas de la jornada.

La lucha por las audiencias televisivas, y el periodismo más sensacionalista, son el eje de este thriller que se desarrolla en el mundo de la noche de la ciudad de Los Ángeles. O, si lo prefieren, si  "todo vale" con tal de aumentar la audiencia (en el caso de la pequeña pantalla) y, de forma más genérica, dónde debe situarse el límite del derecho a la información. Lástima que Gilroy al plantear ambos temas opte por el histrionismo más exagerado en la descripción de su sociópata protagonista y sus acciones que, de alguna forma, restan verosimilitud al relato.

Para: Los que quieran ver una vuelta de tuerca sobre el periodismo sensacionalista o amarillo