En pleno debate sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, censuró esta semana que las dos principales propuestas que hay ahora sobre la mesa en relación a las pensiones de la Seguridad Social, su revalorización de acuerdo con la inflación y la eliminación del factor de sostenibilidad previsto en la reforma del 2013, generarían un incremento del gasto público de «cuatro o cinco puntos porcentuales» del PIB al año si no se compensan con otro tipo de medidas.

En ese contexto, precisamente el Banco de España ha publicado hoy los datos que la deuda del conjunto de las administraciones públicas ha alcanzado en septiembre.

Pues bien: nuevo récord. La deuda del conjunto de las administraciones públicas ha alcanzado en septiembre un nuevo máximo histórico tras registrar un incremento del 0,9% respecto al mes anterior, al sumar 12.885 millones de euros más, hasta alcanzar los 1.432.301 millones de euros, el 122,1% del PIB.

La deuda ha vuelto a sufrir un incremento en septiembre y ha llegado a superar el máximo histórico alcanzado el pasado mes de junio, cuando se situó en 1.424.692 y llegó a subir al 122,8% del PIB al final del segundo trimestre del año.

Respecto al mes de septiembre del año pasado, la Deuda pública se ha incrementado en 124.097 millones de euros, lo que representa un repunte del 9,5%, como consecuencia de la crisis del Covid-19, que ha recortado los ingresos y ha elevado los gastos para financiar las medidas de apoyo aprobadas.

El Ministerio de Asuntos Económicos asegura que, a pesar de este nuevo récord y de haber superado el 122% del PIB, la Deuda pública cerrará el año en el 119,5% del PIB, el objetivo oficial del Ejecutivo.

Pero no se lo creen ni ellos. Y mientras, pensará Pedro Sánchez, ‘el que venga detrás que arree’.

Sobre todo, ¿qué pasaría si el BCE deja de comprar deuda pública -y privada- o si suben los tipos? Pues un verdadero desastre.